A cargo del restaurante está el chef Alfredo Ramírez quien nos demostró que con el gusto, el olfato, e incluso el oído, su cocina está en la búsqueda de la lealtad del cliente.
El lugar muestra una decoración sencilla con colores tenues que relajan y mesas amplias para una sobremesa larga. La terraza se encuentra al fondo y tiene un ambiente más juvenil; con música que va desde un pop de Britney Spears u OV7, hasta Chainsmokers a mayor volumen. Ideal para tomar un copa con tus amigos.
No es un restaurante con una especialidad definida, pero el propósito de cada uno de los platillos se cumple. Como el aguachile citrón-camarón, con camarones abiertos en mariposa bañados en una salsa de toronja, naranja, limón y jengibre, ingredientes que obligan a la frescura.
El pulpo real se encuentra sobre una cama de filete de pescado bañado con reducción de vino blanco y naranja; desde que llega el plato a la mesa te llegan los aromas del pescado con dejos dulces, al dar el primer bocado puedes sentir la textura del pulpo suave pero firme, no chicloso como acostumbra volverse con una mala cocción.
Si prefieres la carne roja, está el rib eye tomahawk prime horneado en jugo de carne, mantequilla, mostaza antigua con un toque de ajo y romero. Se presenta sobre una parrilla individual lo suficientemente caliente para sonar la sinfonía de un corte de carne sobre el asador; viene acompañado con jugo de carne y ensalada al orégano con una vinagreta de balsámico y aceite de oliva. La carne está tan suave que se podría cortar con cuchara, jugosa por dentro y con una ligera costra por fuera, una de las mejores opciones de Nacional 6.
Hay una barra de bebidas, te recomendamos un gin mombasa de toronja, por su frescura y para comenzar la noche con algo amargo y dulce en una misma presentación. Para la cena una cerveza belga Affligem con un ligero tono amargo, y para finalizar, un carajillo shakeado.