Cualquier amante de la simetría y paletas de color apreciará este lugar gracias al notable diseño por parte del despacho mexicano Futura, pero el genuino flechazo de Motín es el menú. Un concepto de comida reconfortante traído por Quesería de mí cuyo fuerte es la reinvención de platillos clásicos del desayuno, comida y cena: pedir espaguetti a las 11am o pan francés a las 5pm es totalmente válido.
El nombre es derivado de la palabra matin, que en francés significa “mañana”, un guiño sobre la importancia de dejarse abrazar por un buen desayuno a cualquier hora del día. Entre los consentidos y sustanciosos está el breakfast sandwich con huevo estrellado, tocino y aguacate entre dos esponjosos bollos.
Las instrucciones del grilled cheese, como indica el menú, son sencillas: chopéalo y se feliz. Esta mezcla de quesos dentro de pan blanco tostado y enmantequillado viene acompañado con sopa de jitomate, el complemento caldoso a la degustación cremosa.
El waffle belga es una propuesta atinada tanto para abrir el apetito como para rematar con algo dulce, crujiente por dentro y suave por fuera, coronado con crema batida y frutos rojos. En tragos no se quedan atrás: mimosas, vino, jugos, smoothies y café (la barra de cold brew es parada obligatoria). En Motín demuestran con dulzura y una grata ejecución que la cocina casera no tiene límites.