La única desventaja de este bistro es su ubicación, no está a la vista en calles principales de la Cuauhtémoc, y a menos que estés explorando Río Ebro o vivas por ahí, Mon Dieu Raclettería puede pasar bastante desapercibido. Tampoco es que se trate de un secreto, pero es de esos lugares que te da gusto recomendar como tal, y en mi caso, cuando encomiendo a alguien le hago hincapié en que es de mis consentidos y uno de los mejores restaurantes de la colonia.
El queso me vuela la cabeza y aquí el personaje principal de la obra es el raclette, un producto lácteo del Cantón del Valais, Suiza, cuyo sabor oscila con la suavidad amarga de un emmental o gruyere, hasta con el acentuado salado y umami de un parmesano. Sí, una verdadera suculencia a la que en México no estamos muy habituados. Es un queso con denominación de origen, pero en Mon Dieu se les prendió el foco y para evitar que sus costos se elevaran estrepitosamente, consiguieron un proveedor de queso tipo raclette de Tequila, Jalisco.
Cuando se habla de la raclette, nos referimos a una salamandra especial para gratinar el queso homónimo. No escatiman su uso: en sus paquetes diarios con sopa, panino (o sándwich), y en sus platillos que incluyen ensalada.
Para elegir el platillo fuerte es muy fácil porque cada uno tiene su propia personalidad. Pedí la raclette No.5 con roast beef y estuvo extraordinario. Todos los platos vienen con papas rostizadas, pues es en ellas donde la media rueda de queso pasado por la salamandra baña la fundida perdición; es todo un espectáculo cuando lo hacen en tu mesa. La carne estaba en el punto perfecto de cocimiento, ligreramente roja, jugosa y bien sazonada. La ensalada merece mención porque no es un acompañamiento de relleno, pocas veces le doy el visto bueno a las vinagretas de acompañamiento; bravo por esta vinagreta de mostaza y la frescura de la abundante lechuga que sirvieron en mi plato.
Más puntos extra por los pepinillos y cebollas de cambray encurtidos que ponen la mesa, son un descanso al sabor intenso de la carne y el queso.
También hay platillos con lomo canadiense, pan con jamón serrano o puras papas y ensalada de arúgula. Además, el minicomedor romántico y los paninos con queso gouda, junto con una botella de vino en la mesa y el amigable total en tu cuenta, te prometo que te darán una absoluta consumación gastronómica.