Una vez que reservas por Whatsapp (el link está en su IG: momiji_mx) una mesa en este restaurante secreto, debes dar con el lugar. Por la zona no verás más que grandes casas y embajadas. Cerca del número indicado hay un portón negro donde al acercarte estará un discreto letrero que indica que has llegado: Momiji.
Al pasar notarás que se trata literalmente del patio de una casa en el que pasean a sus anchas los dos xolos de los chefs. Raymundo Pérez y Cristina Hanhausen emprendieron en la pandemia una dark kitchen de cocina asiática (especialmente ramen) a domicilio que luego se transformó en este singular speakeasy. Me cuentan que lo quieren mantener secreto para que llegue el público que de verdad aprecia la gastronomía.
Aunque el talento de ambos es innegable (los dos estuvieron en el certamen internacional San Pellegrino Young Chef, y absorbieron mucho conocimiento en destacadísimos restaurantes italianos y japoneses), la experiencia la sentirás más cercana a una tarde entre cuates que a la rigidez de un fine dining.
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Para empezar, solo abren dos días a la semana. Los viernes son noches de platos japoneses como gyozas, ramen y sandos; mientras que el sábado es el día en que se dejan ir con un menú que cambia cada semana. Ahí ambos aportan de su cosecha para fusionar sus experiencias en rincones del mundo tan distintos y a la vez tan volcados hacia la gastronomía como son Italia y Japón.
Cristina me dice que a propósito la descripción de los tiempos del menú es muy amplia para que las sorpresas vengan hasta probarlos. Ya que dependen de los ingredientes de temporada de cada semana. Así, puedes encontrar una pasta arrabiata hecha con fideos de ramen y curry rojo o un carpaccio de res con leche de tigre, grana padano y alga wakame.
Los visité un viernes, así que pude probar su lado más japonés, con recetas meticulosas que resultan en muchas capas de sabores, pero sin perder el toque familiar: gyozas de cerdo, jengibre y ajo (presentes pero sin llegar a ser picosos), el Katsu Sando con cerdo súper jugoso, col y mayonesa de ajo rostizado; el ramen (de soya o su versión picante) que es el rey de los viernes por la cocción lenta del cerdo y las textura perfecta de los vegetales y el huevo de yema suave. Hazte un favor y ya que estás ahí comparte el postre, un flan con jarabe de sake y crema montada de cardamomo.
Sin duda nos queda pendiente el menú sabatino. No cualquiera sale victorioso en cuanto a cocina fusión, se necesita mucho coco y conocer profundamente cada ingrediente, cosas que aquí tienen dominadas.
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