Mini Marsella es un lugar pequeño y acogedor en la calle de Marsella esquina con Nápoles. Se especializa en sliders o burguers, como las llaman ellos.
Hay para todos los gustos: desde la Res Ginger con lechuga, jitomate, salsa tonkatsu y queso cheddar; hasta la vegetariana, con calabaza y berenjena. Las combinaciones son creativas y atinadas; nosotros probamos la burguer de cerdo tonkatsu con col caramelizada, espinaca y queso cheddar. La presentación es sencilla, pero muy cuidada; el pan, redondito y brilloso, viene decorado con ajonjolí negro. El sabor es súper balanceado; la turgencia de la col le da mucha frescura al producto final.
La porción es suficiente para que te sientas satisfecho, pero no llenísimo. Eso sí, si eres de muy bien diente a lo mejor necesitarás dos. O mejor, complementa con unas croquetas de puré de papa o de verduras con jengibre, y échate un brownie de postre.
Mini Marsella también es tienda de abarrotes, así que seguro saldrás con una bolsa llena de salsas, especias, tés, café en grano o leche. Además tienen servicio a domicilio, ¡y en bicicleta!, y lo que te cobran por envío (entre $25 y $50, dependiendo de la zona), es 100% para el repartidor. Cáele a comer rico y llévate algo a casa.