Es la combinación de una tienda de abarrotes, una tienda gourmet, un supercito y una antojería oriental.
La primera recomendación es no llegar con hambre, a menos de que tengas contemplado comer ahí. Este supermercado es el favorito de la zona pues tiene los ingredientes y los alimentos preparados que conciertan perfectamente con una alimentación saludable.
En los pasillos encontrarás todo lo que necesitas para preparar la mesa al estilo japonés; desde un arroz y unos fideos, hasta el jengibre o el nabo más fresco, como en un mercado. Vale la pena recorrer los pasillos y ser curioso con los productos que se explican en kanjis –sonogramas japoneses–, hay salsas de pescado y marinadas para carnes, pescados o mariscos, también encuentras las salsas picantes que no pueden faltar con un yakimeshi o unos rollos con hamachi.
Hay licores especiales, como el de ciruela; también tienen instrumentos como palillos y tapetes para armar sushi, vajillas orientales y tazones; casi todo lo que te imaginas que podrías encontrar en un súper nipón. Hay que aprovechar esos productos importados que solamente se pueden adquirir aquí; en su mayoría verás clientela japonesa y oriental.
Los alimentos preparados también son el fuerte de Mikasa. Puedes comer un ramen fresco y beber un calpis casero –bebida fermentada con lactobacilos– en las mesas disponibles. Los fines de semana puedes visitar sus parrillas y comer un asado al estilo japonés; el inconveniente es que puedes tardar mucho tiempo en la espera de un lugar y el servicio se torna un poco caótico. Ve con tiempo y paciencia, vale la pena cuando el antojo umami te ataca.
Reserva una parte de tu presupuesto del súper para que termines tus compras en Mikasa. Puedes hacer tu pedido con anticipación, pues también ofrecen servicio de banquetes y ordenar a domicilio.