Es momento de que los espacios que se autodenominan “mercados gastronómicos” en la CDMX se pongan las pilas porque Molière no llegó para andarse con cuentos. Por fin un lugar que cumple con lo que promete sin querer apantallarnos para distraer nuestra cordura de su carente calidad, que nos reúne una serie de propuestas gastronómicas pensadas de manera trascendental y que no se empeña en exprimir los bolsillos de todo quien lo visite, a pesar de la ubicación –seamos francos–.
Llegué temeroso en mi primera visita: “otro mercado gastronómico” y “gourmet”, pensaba una y otra vez antes de dar de chasquidos con la boca en absoluta incredulidad. Una combinación de palabras que a los comelones dedicados nos causa temor, por decir lo menos. No fui defraudado.
El sueño de nosotros los glotones se ha cumplido: 16 opciones para comer en un mismo lugar (sí, como para vivir ahí). Cada una muy diferente a la otra, no compiten entre ellos y sólo pelean por conquistarte con resultados inapelables en la vista, olor, sabor y antojo personal; además, la distribución es tan buena que no ardes en un infierno a la hora de tomar una decisión.
El lugar tiene individualidad sin querer ser el centro de atención; convirtieron lo que antes era una bodega gigante en una mini plaza culinaria de dos pisos, con todo el rollo de piso de cemento, lámina y madera. Por más que me empeñé en encontrarle su lado pretensioso no lo encontré.
Sonríe conmigo porque están algunos que ya conoces; la Empanadería con esas delicias fritas rellenas de queso y palmitos, la Pantera Fresca que saca paletas heladas hasta de Rosca de Reyes y los ganadores sándwiches de Tribeca. También podrás conocer nuevas posibilidades y eso siempre se agradece.
Lo que no me gusta de Molière y que con el paso de los meses irá incrementando: la sobrepoblación de oficinistas. Esto se debe a que de lunes a jueves todos los puestos ofrecen un menú económico a 89 pesos, ¡bien! Para que esquives las corbatas ven a comer antes de las 3pm.
Si un asado al carbón te derrite, entonces C.P 11000 de carnes y pescados te va a gustar. Pedí un menú ejecutivo de 130 pesos que incluye 300 gramos de salmón (jugoso por dentro), verduras a la mantequilla y frijoles sonorenses (con manteca, seguramente). Les irá muy bien.
También probé Wurstmeister de salchichas y comida alemana, tienes que pedir la bratwurst (salchicha) de ternera y cerdo, viene dentro de un pan con mostaza y cebollas caramelizadas, acompañado de pretzels, no tengo que decirte más, éste podría ser mi favorito.
Le tenían que dar gusto a la tendencia y están los tacos estilo baja en Los de En C nada +, su capeado, tal cual lo hacen por allá en el norte, me sorprendió. En el piso de arriba se encuentra Brulé con sus pizzas al horno de leña, pide una de tres ingredientes (gorgonzola, portobello y alcachofa), también puedes ir al Barbecue Lucky Pig por unas baby back ribs o un sándwich de pulled pork, con sus respectivas papas a la francesa recién hechas.
Hay barbacoa, ensaladas y aguas frescas, comida japonesa ¡exquisita!, cochinita, carnes frías españolas, una tienda de cuchillos profesionales, bueno pues: el nuevo favorito, qué bueno que saldremos un rato de las zonas de siempre.
Te cuento que la terraza que armaron con un techo motorizado está increíble porque hay un bar, puedes tomarte un vino o unas micheladas con tu comida; tendré que regresar un fin de semana para ver qué suena en las bocinas ya caída la tarde y esta será mi primera opción para invitar a quien pueda. Seguramente en días calurosos será difícil encontrar lugares disponibles.
Muy bien Mercado Molière, tú y tu administración lo lograron. Vinieron a dar cátedra mayor sobre cómo montar un mercado gastronómico bonito y en donde no nos cause escozor escuchar el término gourmet.