“Para muchos, los tacos de canasta son para macuarros. Yo creo que son bien chidos”, nos contó Héctor Srna, uno de los fundadores de Macuarro el de los tacos, el nuevo lugarcito de tacos de canasta, pero con su toquecito original y creativo, en la Cuauhtémoc.
Para entender el concepto de Macuarro el de los tacos tenemos que puntualizar un par de ideas. Primero, como nos dijo Héctor, los tacos de canasta sí son chidos. Segundo: la tentación de etiquetar estos tacos como “gourmet” puede ser mucha, pero decidimos no hacerlo porque esa palabra ya va como apellido de muchos proyectos culinarios; te apostamos que, si levantas una piedra, te sale una tortería gourmet, un café gourmet, un lugar de cocina mexicana gourmet. Y Macuarro de los tacos (gracias) es todo, menos eso.
La onda aquí son tacos de canasta que retoman las recetas tradicionales de tu puesto de confianza, pero le ponen, digamos, un poquito de onda. Un ejemplo es el indiscutible amo y señor de los tacos de canasta: el de chicharrón. Aquí, lo acompañan con un encacahuatillo, una salsita deliciosa que tiene cacahuates completos que le dan crunchyness al taco.
La reinterpretación del taco de frijol es el quemado de ternera y frijol negro; para hacerlo, cuecen la ternera por unas dos horas (receta secreta de la casa) y la acompañan con frijol negro entero. Tampoco falta el de papa, que va aromatizada con romero.
Entre las propuestas macuarras están el guajolote en molote, aliteración que designa al taquito que va relleno de guajolote en mole negro y con su embarradita de puré de plátano macho (lo necesitan en sus vidas y no lo sabían). Otro imperdible es el de camarón y castacán, un yucateco corte que se obtiene del estómago del cerdo pelón.
Si evitas las proteínas animales hay hartas opciones; además del taquito de papa hay uno de huitlacoche y hoja santa y otro de requesón de almendras y flor de calabaza. De este último te va a costar trabajo no comerte la canasta completa.
Para acompañar tienen encurtidos hechos en casa: chilitos, papa, cebolla, aceitunas y zanahorias que reposan en una mezcla de vinagre y vermouth. Te sugerimos enfáticamente que le entres con ganas a la salsa de habanero. Después te tomas tu antiácido; habrá valido la pena, porque esta salsa es una maravilla.
Otra cosa muy cool de Macuarro es que puedes acompañar tus tacos con la hiper tradicional e hiper deliciosa Chaparrita. Si prefieres otra bebida refrescante no te pierdas el Cáscara fizz, que armaron en colaboración con el café Almanegra y que es el feliz matrimonio de agua tónica y una infusión de la cáscara del café. Si quieres algo con piquete, tienen chelas artesanales y vino en vaso.
Para rematar la comida, prueba una jericalla, ese conventual postre que por alguna razón hemos dejado en el olvido pero que es colofón perfecto para las mejores comidas, de aquellas que solo te avientas en Macuarro, el de los tacos.
Salimos del lugar con la panza llena de siete tacos (sí, siete) y el corazón contento después de conocer un lugar en donde puedes comer rico y a muy buen precio. Pero sobre todo felices de conocer proyectos que nos recuerdan que no necesitamos manteles largos; necesitamos intención. Aquí, nos declaramos macuarros forever.
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