Es un pequeño laboratorio de superalimentos en Ámsterdam…Ya sé, qué novedad para la Condesa. Sucede que me enamoré de su buddha bowl, el amor da para compartirse: quinoa, champiñones, kale, betabel, camote y aguacate, todo ligeramente cocinado y sazonado. Tip: puedes optarlo con atún. Es un golpe de buena onda y como dicen por esos rumbos, de wellness.
El —muy— pequeño local es una trampa para quienes se levantan temprano a correr, a pegarle al gym o al yoga. Es atractivo por la vista a la avenida, sus smoothies poderosos y opciones veganas para el café con leche —coco o almendra, o bien, si quieres de vaca esta es orgánica. El smoothie bautizado como espléndido no se quedó corto. Lleva plátano, maca (una raíz), lúcuma (del árbol de pouteria, sin albur y buena para crear hemoglobina), dátil, vainilla, cacao, mantequilla de cacahuate casera, chía y leche de almendra; bueno, te espera una sobrecarga de energía oleaginosa.
Sus otros desayunos y comidas más potentes son orgánicos, como los chilaquiles de tortilla azul con huevo y salsa de chile pasilla, los cuales combinan con el smoothie de açaí casi como si existieran el uno para el otro.