Ofrece comida de mercado y temporada acompañada de cerveza artesanal mexicana en plena Doctores. La cocina es abierta para ver a la banda de Fonda Mal diablo y Cerveza Indianilla haciendo que el negocio funcione. La comida es ideal para una salida casual, aunque también puedes contratar el local para un evento especial. La cerveza es artesanal mexicana, tienen porter, red Ale y radler, además de que invitan a un cuate suyo a ser parte de la carta rotativamente.
Tienen un menú degustación que incluye dos entradas, dos platos fuertes y dos postres; para que le hinques el diente a buena parte de lo que ofrecen. De entrada, el ceviche de sierra con nopalitos crudos, cilantro, cebolla morada y gajos de mandarina, me aliviaron la cruda (lo confieso). También me trajeron unas flores de calabaza rebozadas rellenas de quesillo que me recordaron lo sabroso de la comida de barrio, esa que se fija en el sabor y no tanto en las calorías.
De plato fuerte se lucieron con un burrito de marlín con ensalada de arúgula y jitomates cherry. así como con un taco de barbacoa con puré de garbanzo y pepinos. Las tortillas de los tacos y las garnachas se hacen con masa azul y el pescado era fresquísimo. De postre recibí una porción de higo caramelizado con helado de higo y crumble, luego una torreja caramelizada con helado de yogur y compota de tomate verde. La torreja es una rebanada de pan empapada en vino y rebozada con huevo y mantequilla. Exquisito.
Las porciones alcanzan muy bien para una sola persona, si vas en equipo, te recomiendo pedir uno o dos platos extra, puede ser el medio pollito de leche con puré de papa cambray o un caldito de camarón, dependiendo del hambre que tengas. Entre semana hay un menú de fonda por sólo 75 pesitos y los domingos ofrecen un brunch con waffles, a resumidas cuentas es el espacio perfecto para relajarse.