Aunque detrás del nombre de Los Taquitos Marte hay un espíritu belicoso, te aseguramos que al comerlos solo sentirás paz. Este lugar se llama así porque la colonia en donde está ubicado, la Militar Marte, la cual se fundó en 1955 y se planeó para ofrecer viviendas buenas y bonitas —y en abonos chiquitos— a los miembros del ejército.
Lejos de la penitencia de su nombre —que además hace referencia a Marte, Dios romano de la guerra—, Los Taquitos Marte ofrecen pura sabrosura y buena onda. De hecho, nada mejor para procurar la hermandad y la cordialidad que unos cuantos tacos al pastor.
Cuando llegues a Los Taquitos Marte verás, tal vez, una decena de personas en plena armonía y reunidas alrededor del objeto de nuestra veneración: el trompo de tacos al pastor. Esos fieles son los que están esperando su pedido para llevar —aquí te invitan a llevar tus contenedores; de lo contrario te cobran extra el empaque—. Aunque si tu plan es quedarte a comer ahí, puedes hacerlo tranquilo, pues el lugar es grande, con mesas afuera y adentro, y está muy bien ventilado.
Los imperdibles son, por supuesto, los tacos al pastor. Te los mandan bien doraditos sin que lo tengas que pedir así. Son pequeños: te los echas en las dos o cuatro mordidas reglamentarias para este tipo de tacos y, por supuesto, vienen con copia. Si andas con ganas de algo más nice puedes pedir los tacos de tampiqueña, arrachera o aguja norteña.
Nosotros te recomendamos los de cecina adobada o natural. Puedes pedirlos con queso o con nopales. Lo que debes de saber es que la porción es suficiente para hacerte unos tres tacos bien servidos, así que considéralo antes de pedir varios.
Y esto nos lleva a otro punto que nos encanta de Los Taquitos Marte: ¡el precio! La orden de cecina cuesta $31 y, la mera verdad, es que con una orden tienes. Aunque como todo está rico, se vale seguirle. Por supuesto, las opciones de arrachera o tampiqueña son más costosas, pero no pasan de los $100.
Para acompañar tus tacos, no te pierdas los frijoles charros. Vienen en un caldito sazonado con comino y con trocitos —poquitos— de tocino crujiente. Son una absoluta delicia para las tardes de lluvia.
Lo que debes de saber es que no te mandan de varias salsas a la mesa, te preguntan cuál quieres. Como comensal eso puede caer un poco mal —es bien rico probar un poquito de todas las salsas, ¿a poco no?—, pero pensándolo dos veces, es una buena medida para evitar el desperdicio: en muchos lugares, si no te terminas una salsa, la tiran. Y cómo no, ¿a qué cliente le gustaría que le dieran una salsa que tuvo adentro la cuchara de alguien más?, peor aún en medio de una pandemia. Así, en Los Taquitos Marte se aseguran de no tener que tirar salsas. Además te llevan poquita, siempre es mejor acabártela y pedir más que generar desperdicio.
Los Taquitos Marte son una gran opción para una cena taquera, para la comida del fin de semana o simplemente para estar en paz con tu estómago. A pesar de que no está en una zona céntrica, los tacos al pastor y los frijoles charros bien valen la pena que te des la vuelta. No es gratuito que desde hace casi dos décadas sea el spot de taquitos favorito de la Militar Marte.
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