Pollo Bruto, Roma
Foto: Alejandra Carbajal
Foto: Alejandra Carbajal

Los mejores proyectos culinarios que vio nacer la pandemia

Perdimos mucho con la pandemia, pero hay que reconocer que sí ganamos algunas cosas, como estos enormes proyectos culinarios.

Andrea Vázquez
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A causa de la pandemia, varias industrias perdieron muchísimo, y la hospitalaria no fue la excepción; algunos restaurantes y bares de la CDMX cerraron, provocando el desempleo de cientos de personas. Y también es cierto que a raíz de esta situación global, todos hicimos de todo para garantizarnos un ingreso; por ejemplo, hubo antros y bares que se transformaron en cafés y hasta en centros culturales. Quizá es un poco cursi decir que “innovamos” o “nos reinventamos”: buscamos nuestra supervivencia. 

Desde marzo, vimos cómo algunos proyectos intentaron fortalecer —o, de plano, implementar—, sistemas de delivery. Otros usaron lo que tenían a la mano para generar una fuente de empleo, como estas dark kitchens. Todos hicimos lo que pudimos, en lo emocional y en lo profesional. Afortunadamente, en este año tan raro e incierto, nacieron proyectos culinarios que nos hicieron sonreír: por su creatividad, por su responsabilidad, por su honestidad, por saber traernos consuelo a nuestras casas y, sobre todo, por rifarse y salir mientras muchos de nosotros seguíamos en nuestras casas. 

Así que no dejen que termine el año sin conocer los mejores proyectos culinarios que vio nacer la pandemia. 

Los mejores proyectos culinarios que vio nacer la pandemia

10. Come CdMx

A inicios de la pandemia, el Gobierno de la CDMX, en alianza con decenas de restauranteros, lanzó la app Come CdMx. Ésta enlista restaurantes y locales que te llevan comida hasta la puerta de tu casa.

La aplicación se lanzó para apoyar a los propietarios de los locales a sobrellevar la cuarentena y no tener que despedir empleados o cerrar sus negocios. Asimismo, exhorta a ayudar a nuestros restaurantes favoritos o tiendas de la esquina.

Nos encanta el apunte que Come CdMx hace: una gran cadena puede sobrevivir por un periodo de tiempo más o menos prolongado sin operar, pero un restaurante pequeño o nuestra tiendita de confianza depende del ingreso diario. Puedes descargar la app para IOS o para Android aquí

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Al inicio de la pandemia y médicos y enfermeras de todo el país llegaron para apoyar a los hospitales de la CDMX, Urban Grop, que tiene entre sus restaurantes a Tori Tori y Apotheke, se puso manos a la obra con Comida para ayudar, un proyecto que armó desayunos, comidas y cenas para el personal de salud a los hospitales donde se hospedaban. 

Todo funcionó con donativos en especie: latas de atún, arroz, café, fécula de maíz, gelatinas frijoles y más formaron parte de los alimentos que se entregaron con todas las medidas de seguridad. Y los menús, además de ser decorosos, fueron sanos: siempre comida caliente, variada y que incluía proteínas, verduras, un carbohidrato, una bebida y una fruta. 

La pandemia también es época de empatía, y Comida para ayudar es el ejemplo perfecto. 

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Como muchos, los creadores de Bread Boss perdieron su empleo con la pandemia. Ellos trabajaban en restaurantes y, aprovechando la experiencia que ya tenían, se armaron esta dark kitchen. Lo que nos encanta de Bread Boss es el concepto.

Los sándwiches son, ante todo, un alimento práctico. Que si para comer mientras trabajas, para el lunch de los niños, para el día que nos da flojera cocinar, para la cena facilita y rápida... en fin, el sándwich está al tiro, te saca de apuros, y nada más. 

Y de repente llega Bread Boss con sus lujuriosos panes hechos de manera artesanal, sus abundantes rellenos, sus sexis mostazas antiguas y —característica de los proyectos pandémicos— su sentido de supervivencia. 

Así que déjense caer en los brazos de los sándwiches bien hechos, pues todos los ingredientes que contienen los dos panes (y los dos panes mismos) están planeados para hacerlos felices. 

Bread Boss Rappi y breadbos.mx Mar-sáb 10:30-9pm, dom 10:30-6pm. Costo promedio por persona $200

Pin Tó es producto de la enorme Somsri Raksamran (Galanga Thai House y Kiin Thai-Viet Eatery), que busca dar a conocer la cultura —que es la comida— tailandesa en la CDMX. 

Pin Tó nace por la necesidad de resolver, luego de haber tenido que dejar de operar en los otros dos restaurantes. Y esa necesidad no se trata únicamente de la chef Somsri, sino de todos sus empleados. 

Encima de todo eso, la cocina de Pin Tó es total y absolutamente deliciosa y, por si fuera poco, la presentación es espectacular. Además privilegian el uso de contenedores biodegradables, lo que suma muchos puntos. 

IG: @pintothaimx. 55 6550 4492. Mar-sáb 1-9pm.

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Despensas de alivio se trató de una iniciativa ciudadana y empresarial que repartirá despensas con productos básicos a la población mexicana más afectada por la pandemia. 

Entre los aliados de esta iniciativa estuvieron México Evalúa, la empresa internacional Morillo Shk y What a Woman; el objetivo fue entregar más de cinco mil despensas semanales que se entregarán a fundaciones, hospitales, asilos, prisiones, escuelas y más organizaciones. 

Para lo anterior se buscó la participación de empresas que sumaran productos o que apoyaran con servicios de logística, además de una campaña que abrieron en Donadora, porque, siempre, todos podemos apoyar. 

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Para acercar a la casa de todos productos de temporada y de un comercio más responsable que aquellos que compramos en el súper, en Tierra Adentro Cocina se armaron el Mercadillo Tierra Adentro: cada domingo, un par de proyectos culinarios amigos (como la panadería Alveolo o los helados Joe Gelato) se daban cita en Tierra Adentro para vender sus productos. Además, durante la semana, podías comprar a través del Instagram del restaurante un huacal que contenía frutas y verduras que traían de la Central de Abastos. Así, podías abastecerte de prácticamente todo lo que necesitabas para la semana en el Mercadillo. 

Así lograron tener presencia de 14 miembros entre cocineras, panaderías y otros productores. Y gracias a ellos y a la venta de huacales lograron no sólo salir adelante sino apoyar a sus amigos del sector durante la pandemia. 

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4. Cuarentena Baking

Andrea y Diego, una joven pareja de artistas, empezaron a hornear pasteles y galletas para pasar el tiempo en la cuarentena. Pero, gracias a las redes sociales, este proyecto creció, y creció, y creció... 

Todo comenzó cuando Andrea hizo un tablero en Pinterest llamado "Cuarentena" para guardar ahí recetas que quería hacer durante el encierro. E hicieron una cuenta de Instagram para subir todo lo que horneaban: Cuarentena Baking. 

Empezaron a recibir pedidos y, cuando empezaron a vender, se convirtieron en un exitazo. Hasta tuvieron que sacar algunos productos de su menú, como las donas, porque tenían que freír una por una en una ollita en su casa; misión peligrosa y tardadísima. 

Hoy, además de los envíos a domicilio que puedes pedir a través de su cuenta de Instagram; también hacen pop ups, de los que puedes enterarte a través de la misma cuenta. Lo que más nos impresiona es que todos los postres los arman en la cocina de su casa y, con todas las limitantes que eso implica, sus productos son mucho más ricos y honestos que los de muchas, muchas panaderías y pastelerías bien instaladas. 

3. Flavo

Anna Condax y Ricardo Verdejo estaban por firmar un contrato para trabajar en colaboración y abrir un lugar. Antes de firmar, decidieron tomarse unos días de vacaciones en sus países natales; él en Chile y ella en Francia. 

La pandemia les agarró fuera de México y la firma de contrato se retrasó. Anna se quedó en Francia tres meses; no la dejaban regresar. Y, cuando al fin estuvo de vuelta, se juntó con Ricardo para platicar y decidir qué iban a hacer con el proyecto que habían planeado. 

Fue así como a finales de junio (y sin capital) nació Flavo, que inició con cenas pop up cada jueves, y Flavo To Go, con tan sólo cuatro productos, pero bien cumplidores, y que puedes pedir a través de Uber Eats.

Hoy, Flavo terminó con su ciclo de cenas pop up los jueves. Volverán el próximo año con más eventos, más propuestas y más buena onda. El proyecto que nació de manera tan atropellada, hoy se consolida como una de las propuestas culinarias más cool de la CDMX. Síguelos en su Instagram para que te enteres de dónde andarán y, por favor, no te los pierdas. 

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2. Pollo Bruto

Pollo Bruto iba a ser un restaurante de manteles largos. Nano, el chef, comenzó la obra en el local en la Roma. A media obra, llegó la pandemia. Nano hizo números y se dio cuenta de que iba a tener que empezar a vender. 

Decidió sacar unos huacales, unas tablas de madera y unos bancos de plástico. Nació Pollo Bruto, una de las propuestas culinarias más honestas y propositivas que hemos conocido este año. 

La carta, breve, de alguna manera incluye de todo: desde ensaladas y opciones vegetarianas hasta burritos gigantes. Y Pollo Bruto se convirtió en refugio de quienes buscamos propuestas que (valga la redudndancia) sí propongan. Pollo Bruto no es más de lo mismo, ni siquiera es más de sí mismo porque puedes recorrer la carta y no aburrirte. 

Pollo Bruto es símbolo de creatividad, de la capacidad de resolver, y muestra de que las mejores comidas de la vida pueden ocurrir en un huacal que tiene encima una tabla de madera, y a pie de banqueta. 

Pase lo que pase con el proyecto inicial de Nano, que ya nos morimos por conocer, esperamos que Pollo Bruto viva una larga y próspera vida. Le debemos mucho. 

1. Colectivo coma.nos

Lo de este año es hacer énfasis en la comida local: los beneficios medioambientales, económicos e incluso culinarios son muchos. Y también lo de este año y lo de los años por venir es resignificar el hecho de sentarse a comer a la mesa. Como comensales nos sentamos, comemos, criticamos (siempre), pagamos y nos vamos. Pero detrás de eso hay una cadena productiva larga, compleja y, sobre todo, valiosísima. 

El colectivo coma.nos se encarga de enseñarnos todo lo que implica sentarnos a comer y nos hace parte de la experiencia con las comidas en Cubo, el espacio en el bosque en donde cosechas lo que comes y donde se preocupan por invitar a chefs que replican el modelo de la cocina local. 

No sabemos si en algún momento la cocina de manteles largos quedará en el pasado. Lo que es un hecho es que esta pandemia nos obligó a re pensar nuestras maneras de comer, y experiencias como una comida en Cubo se antojan mucho más adecuadas para las épocas que vivimos, en donde tenemos que privilegiar, por sobre todas las cosas, la responsabilidad ambiental y social. 

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