¿Qué porcentaje de la experiencia de ir a un nuevo restaurante le das al diseño interior? Si siempre te fijas en la textura de las sillas, la arquitectura y hasta el color de la vajilla, este nuevo hotspot de la Roma se va a ganar tus halagos.
Lina es el nuevo hotspot de la Roma y hay que decirlo, hicieron un gran trabajo para dejar bellísimo el espacio a un lado de Casa Benell, con grandes ventanales que dan a un pequeño patio con plantas, mientras dentro se impone la barra de la cocina abierta.
El día de mi visita, como no es sorpresa en este lado de la ciudad, había mayoría de extranjeros, pequeña red flag de que debes preparar la cartera.
Pedimos un vino —en la carta predominan los franceses— además del coctel de la casa que más nos atrajo, el Sake Spritz (sake Nami, Poleo, prosecco, soda). Mientras esperaba los alimentos, cada que volteaba, veía detrás de la barra a una muy concentrada Mariana Villegas. Este es el primer restaurante de la chef, después de trabajar en grandes cocinas del mundo y de la CDMX (Fulgurances, Union Square Café, Pujol, Cosme). Verla trabajar hace palpable la dedicación que le está poniendo a su proyecto, así como lo atenta que está de todo lo que sucede con su equipo y con cada ingrediente.
Ya sea de entrada o para acompañar, te recomiendo el Bok choy sobre un apapachador curry de cúrcuma y macadamia, acompañado con un súper suave puré de chirivía. También probamos el tartar de trucha, de un hermoso tono rosado porque lleva jícama y crème fraîche de jamaica. Pulgar arriba por la frescura innegable del producto de mar, pulgar abajo porque hay que pedir las tostadas y se cobran aparte.
Luego pasamos a la arrachera Wagyu, sobre un caldo de frijoles charros, aguacate y salsa borracha. La carne extra suave y los frijolitos lo hacen un plato muy reconfortante, aunque quizás sí extrañamos una tortillita hecha a mano para acompañarlo.
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