¿Qué es? Lugar que se aleja de la cocina de autor para inspirarse en las raíces cantineras del chef, empleando técnicas francesas y fusión de sabores mexicanos. Ah, sí, también es una galería de arte con una selección de vinos perfectamente curada.
¿Por qué nos gusta? El chef Raúl Valencia (Pehüa, Ostreria 109) invita, con su cocina y la barra que le acompaña, a disfrutar en la mesa lo que ves en las paredes: arte. La intención del chef es que vivas toda una experiencia de sabores, si bien inspirada en el fine dinning, desde que pruebas el menú de degustación, sabes que el lugar va de pasar un buen rato, claro, con sus eclécticas sorpresas.
Nosotros probamos ostiones frescos con mignonette de limón, sope de carnitas de pato con cenizas de mole, un raviolli relleno de alcachofa en salsa de queso con plátano dominico, y lo más atrevido en presentación; pesca del día bañada en algas con espirulina que dotan el mole de color azul. La presentación y el método de los platillos intentan cautivar al consumidor con texturas, sabores y colores. Todo se consigue.
Resaltamos la importancia que el chef Valencia otorga a los ingredientes mexicanos, pues el menú de Lempicka Bistro se asemeja a un recorrido por México; desde San José del Cabo, Querétaro y hasta La Merced, se respalda y se experimenta el producto autóctono.
El cierre se completa con el postre y el postre más dulce, con las crepas servidas con helado y rasguños de naranja con crème fraiche. Debes poner especial atención a las recomendaciones de su cava, donde el espíritu de impulsar el consumo local se siente en los chardonnay, tintos y blancos, desde el Valle de Guadalupe hasta Austria.
Time Out tip: Pregunta por la obra de artistas emergentes que se exhibe en el lugar y ve los jueves por la noche, es el mejor momento para disfrutar un trago en la barra.