Lazy Susan es el último integrante del grupo Edo Kobayashi. Se trata de un speakeasy, por lo que la entrada es un tanto misteriosa. Para llegar a él debes subir unas escaleras a un lado de Le Tachinomi Desu, en lo que ya se conoce como Little Tokio, por el dominio de restaurantes orientales en la Cuauhtémoc.
El concepto de este nuevo integrante es la cocina chuka, que se refiere a la adaptación de los japoneses de los platos de comida china que llegaron a Japón con las migraciones ocurridas durante la segunda mitad del siglo XIX. Por ello, en la carta es difícil decir dónde empieza lo chino y acaba lo japonés, pero la mezcla es bienvenida. La decoración combina sonrientes dragones chinos con un estilo sobrio y a media luz, aunque enseguida verás que es más relajado que otros restaurantes del grupo Kobayashi.
Al entrar, inmediatamente se impone una amplia barra desde donde todos los visitantes pueden observar cómo se preparan sus alimentos. Si quieres algo más privado, también hay un elegante saloncito con una mesa circular, donde se encuentra justamente el utensilio que da nombre al lugar, una Lazy Susan, o sea una bandeja giratoria al centro de la mesa.
Los ejemplos más clásicos de esta cocina son el ramen, los dim sum o los camarones picantes (Ebi Chili). Todos los encuentras en la carta, pero en cuanto a entradas, las gyozas rellenas de pancetta de cerdo y vegetales no fallan, chopeadas en una salsa de soya especial, importada de China y mejorada por el chef del grupo, Toshi Narita.
¿Te animarías a comer medusa? Este es uno de los pocos lugares que la sirven en una entrada llamada Ban Ban Ji, que reúne en una entrada tiras de pollo orgánico bañado en una salsa de ajonjolí, medusa encurtida y vegetales. Debo advertirte que la consistencia es peculiar, entre dura y gelatinosa, pero es una de esas cosas que puedes probar por la anécdota.
Los que me sorprendieron por su sabor especiado fueron los ostiones con shokoshu al vapor. Entre los fuertes, vas a encontrar una gama de platos con cerdo de precios muy variados, pero me quedo con los tacos de carne y hongos shiitake en hojas de lechuga, que además de ligeros, están perfectamente condimentados y la porción es generosa. Acompaña todo con una cerveza china como la Lucky Buddha o un sake mexicano suave como el Nami.
¿Eres fan de los raspados? El postre más icónico de Lazy Susan es una versión mucho más delicada llamada kakigori (claro, no dejan de ser japoneses), hecha con una máquina que produce una montaña de finas hojuelas de hielo sobre la que vierten un coulis casero de fresa o mango, según la temporada, y frutas frescas. ¡Ojo, es gigante! Necesitarás ayuda para acabarlo.
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