En Las Migas la Güera, nombre en honor al color de cabello de la propietaria, el platillo que preparan surgió del hambre, conocido por ser plato de pobres pero manjar de ricos.
Se trata de una sopa espesa con pan, longaniza, huevo cocido y hueso. Lo que le da el sabor tan característico es el chile canica que rompes con una ser villeta. Esto se come con cucharón de madera y es un alimento completo.
Este puesto sobrevive en el pasillo de una vecindad gracias a que la gente votó a favor de que se quedara con todo y toldo rojo.