Muchos le atribuyen el mejor pozole de la CDMX a este lugar que, además de su comida, tiene la peculiaridad de ser la primera sucursal de la cadena. Tomando en cuenta que empezó en 1986, y que ahora existen 54 sedes suyas espolvoreadas por toda la capital y la zona metropolitana, se entiende el por qué de la importancia de la ubicada en Clavería, donde todo comenzó detrás de un zaguán donde se vendían garnachas.
A pesar de ser el más antiguo, en éste local las cosas funcionan bastante similar a los otros 53: las órdenes se piden mediante hojas de control donde se seleccionan los alimentos y bebidas, el servicio es rapidísimo y, claro, siempre está lleno de gente. El hecho de ser la matriz es algo que se adivina de una forma más simbólica.
No rebatiremos que su pozole rojo es de las opciones estelares, pero tampoco queremos dejar atrás a sus quesadillas de flor de calabaza con queso, o con hongos, el sope de cochinita, la tostada de pata y de tinga, las flautas de pollo, los chilaquiles verdes y, en apartado especial, sus salsas picantes. Son cuatro y cada una le da un toque distinto a la comida. La verde cremosa y la roja de chile de árbol, son las mejores.
Recomendamos ampliamente el Tomatoño, las aguas de tamarindo y jamaica, y sus manteconchas.