Desde 2015, con la apertura de Galanga Thai Kitchen, la chef Somsri "Ana" Raksamran y su esposo y gerente Eleazar Ángeles establecieron su dominio en cuanto a la comida tailandesa en esta ciudad, y ahora lo reafirman con la inauguración de Kiin ("come" en thai), un local amplio y agradable, ambientado con madera y muchas plantas.
El amplio menú incluye clásicos thai que también se sirven en Galanga (sopa tom kha gai, ensalada de papaya verde) y platos que incorporan la influencia francesa en Vietnam, donde se disfrutan en la calle a todas horas, como el impecable pho, con fideos de arroz en un caldo de res a la vez limpio y profundo, acentuado con galanga y limoncillo, o las suculentas alitas pok pok, o la torta vietnamita, el banh mi, con pan de Eminenta y pork belly a las hierbas. El éxito de esos platos va más allá del uso de recetas probadas e ingredientes recién cosechados en su huerto en Hidalgo — galanga, limoncillo, lima kaffir— y en realidad reside en el impresionante dominio que Somsri tiene de la alquimia de los condimentos: en las infinitas combinaciones de sus currys, sopas, salteados y frituras, el fogonazo de los chiles se mide con el picor y la aromática acidez de la galanga y el jengibre, se aplaca con la cremosa leche de coco, y hace juego con los ajos y echalotes caramelizados. Ya para servir, el perfume cítrico de la lima kaffir tiende un puente hacia el limón y el cilantro, sabores vivaces que te hacen sentir en casa.
En Kiin, a esa maestría ya demostrada en el uso de las especias, se suman los sabores de humo y tostado que solo se obtienen cocinando al carbón, gracias a un carrito con parrilla estacionado en el patio del restaurante, de donde salen humeantes brochetas y camarones a la brasa que no pierden su jugo y potencian sus marinados a fuego directo. Si a eso se añaden sus nuevas bebidas con y sin alcohol (prueben el té de alcachofa con lima kaffir) y postres como el imperdible arroz glutinoso con mango y helado de coco con el tono celeste más perfecto, teñido con flores de campanita azul (butterfly pea), más precios justos y un servicio todavía titubeante pero siempre atento, el resultado es la conquista, la rendición absoluta de sus comensales: vayan cuanto antes.