Este es el lugar donde se originaron los huaraches. Desde 1935 en la calle de Torno, donde todavía quedan talleres con torno, este local sirve huaraches originales rellenos de frijoles espectaculares, como si fueran maneados. Hay muchas opciones y para ir a la segura es algún huarache que lleve queso Oaxaca, que llega derretido y para comerlo hay que estirarlo y estirarlo.
Pareciera que han estado entre nosotros por siglos, pero la historia de los huaraches está muy bien documentada y no han cumplido ni los cien años. Lo que sí podemos decir orgullosamente es que son originarios de la Ciudad de México.
Resulta que son invención de la señora Carmen Gómez Medina en 1935, quien tomó un tlacoyo y lo llevó al límite, agrandándolo de tamaño y friéndolo en aceite o manteca. Cual Pokémon, el tlacoyo evolucionado recibió el nombre de lo que más se le parecía: Huarache. Esto ocurrió cerca del Mercado de Jamaica, donde sus hijos siguen sirviendo huaraches en decenas de variedades, y donde también hay más ofertas de estas garnachas para que puedas escoger sin miedo. Nos dimos la vuelta a Jamaica y Magdalena Mixhuca (Guía del oriente de la CDMX) para encontrar esos secretos culinarios que se esconden en el mercado y calles aledañas; esto fue lo que encontramos.
Si te gusta comer en mercados, échale un vistazo a los mercados gastronómicos de la CDMX.