Tal vez es comprensible no haberle dado oportunidad a la cocina del sur de Estados Unidos; los ejemplos comerciales que tenemos disponibles bastan y sobran para espantarnos a perpetuidad. Pero déjenme decirles que ese pollo frito que, por desgracia, ustedes y yo probamos en alguna ocasión, no es referencia.
El pollo frito —y el resto de la cocina sureña— es puro apapacho, cobijo familiar, consuelo y calidez para los días difíciles, o para todos los días. Y la cocina de Gina Hendrix, originaria de Nashville, Tennessee, sabe a todo eso y más.
Gina se arma un pollo frito espectacular: jugoso por dentro y crujiente por fuera, con la cantidad de grasa justa, con ese saborcito a pollo de verdad y con un empanizado súper bien sazonado. Y se vale pedirlo en sándwiches, con waffles y miel de maple (combinación ganadora), o solito. ¡Pero eso no es todo! Las papas con tocino y salsa ranch le arrancarán una sonrisa a cualquiera; los breakfast sandwiches con salchichas caseras harán que no quieras empezar tu día de otra manera y el mashed potato bowl con pollo frito te va a hacer suspirar.
Se vale ir al restaurante y comer ahí o pedir a domicilio. En este caso te recomendamos el Mamma’s Brunch in a Bag: recibirás en la comodidad de tu hogar un pollo frito con waffles, un sándwich de desayuno, unas papas con tocino para dos personas y una botella de vino espumoso con su respectivo jugo de mandarina para que prepares tus mimosas. ¿Sí o qué?