Hay un paraíso en medio de una colonia ruidosa en donde se refugia la gente que vive o trabaja en la zona. Noté que muchos parecían estar aprovechando un día de home office para tomarse un café mientras tecleaban en sus laptops.
Por la tarde vale la pena quedarse a disfrutar de la terraza ya que la vista da a la fuente de Las Cibeles y sobre Durango no hay mucho tráfico. Hay un espejo enorme frente a la barra y el nombre del café con focos enormes a la Moulin Rouge le da el toque cool a todo el espacio, además los empleados usan uniformes de equipos de béisbol porque uno de los socios es el proveedor de la Liga Americana de Béisbol.
Encontrarás café frío o caliente, espresso, tisanas, chai, matcha, incluso cervezas. Pide el café marrón, que es un latte con jarabe de cocoa y espuma.
La comida es una mezcla entre orgánico y saludable, aunque sin el rigor de los sabores insípidos. Te recomiendo la baguette de pollo a las finas hierbas servida en una bonita tabla de madera con complemento de churritos –¡de quinoa!–. O las ensaladas, que están fabulosas con sabores mediterráneos, hechas con combinaciones que incluyen cítricos, quesos, frutos secos y proteínas. Finaliza tu visita con un pastel de avellana, o tómalo como un simple pretexto para conocerlos.