Por fin abrió este restaurante de Vicente Torres (Oli en Mercado Roma) de comida mediterránea, bautizado con el nombre de la legendaria salsa romana de pescado fermentado. Tomemos un atajo a la conclusión de nuestra visita y digamos que es un lugar imperdible, porque cumple con el lujo y el cuidado por el detalle en cada plato que pruebas, algo que sus instalaciones también prometen.
De Oca, primer restaurante en México de este chef nacido en Valencia, se rescató el emblemático foie gras con vino dulce, brotes y flores. El resto del menú es nuevo y parte de un equilibrio entre productos locales e influencias mediterráneas; y entre dos tipos de platos, unos con sabores infalibles, fáciles de reconocer, y otros más audaces, que recuerdan las exploraciones de Oca, pero muestran una plena madurez culinaria.
Un par de ejemplos de la primera vertiente, ambos con aires cantineros: la carne tártara con gel de yema y helado de mostaza —que por su aderezo y la teja de cebolla caramelizada con la que se sirve podría despeñarse en la dulzura, pero es rescatado por la mostaza fría y picante— y la almeja chocolata con cerveza, granizado de sangrita y aire de sal, que es la translación de una michelada a una excelente entrada fría.
De la segunda variedad seleccionamos los fabulosos hongos en escabeche de carne con yema y papas, que llegan a la mesa con su discreta monocromía en café y beige y al primer bocado te sorrajan un trancazo de sabores profundos y carnosos, suavizado por la yema fluida y las papas asadas. Otro favorito fue la totoaba al carbón con cebollas escalibadas y pilpil japonés. El pescado de criadero se sirve en su punto, la carne tierna y la piel crocante para hacer juego con los ribetes ennegrecidos de las cebollas. Con esos cuatro tiempos y un postre ligero —como el crujiente de manzana verde— se arma una comida perfecta para dos. La selección de vinos se hizo en armonía con el menú, y la barra se luce con un excelente whisky sour, ideal para abrir boca.
Si vas en grupo, reserva en su elegante privado en el segundo nivel, con vista a la cocina para apreciar la labor del equipo comandado por el chef Torres, con Adrián López Bassi como jefe de cocina. Ambos chefs estaban a cargo del restaurante valenciano La Sucursal cuando obtuvo su estrella Michelin y es un placer verlos trabajar juntos de nuevo.