Recorrer las calles poco transitadas de Guanajuato y perderse en ellas tiene su recompensa: gelatos y sorbetes artesanales. Al salir del Templo de San Roque caminamos en sentido opuesto al que llegamos y dimos con un rincón fresco en sabor y ambiente. Desde 2015, Rodolfo Sánchez y Alejandra Olvera ofrecen helados clásicos como el de chocolate, opciones menos comunes, como el de crema de avellana y café expresso, y mezclasrarísimas,perodeliciosas,como la de mazapán con plátano o el de cardamomo.
El lugar es pequeño pero con reconfortantes sorpresas: al subir la escalera das con una terraza que, con sillas acapulco, bocinas camufladas entre las plantas, la sombra de las construcciones cercanas y de su lona, tientan a quedarse ahí el resto de la tarde.