¿Cómo te imaginas un asado de rancho? Seguro que nunca pensaste que podía ser en una casa de tres pisos de la Cuauhtémoc, decorada con vigas de madera y al estilo del viejo oeste. El Hijo Desobediente es tan rebelde que se trajo a la ciudad las delicias de una carne asada al puro estilo norteño y campirano; y aunque sonó un poco de reguetón en la terraza durante mi visita, la ambientación y lo que probé nos ganaron por la panza.
El menú tiene hasta las frases que te colocan en ambiente. “Mientras son peras o son manzanas”, para las entradas, hay desde tostadas de pata hasta chistorra a la parrilla con queso fundido. “Con permiso dijo Romualdo y se tomó el caldo”, para que decidas entre un chileatole de pollo o un mole de olla con espinazo. No puedes dejar de probar la barbacoa de res en hoja de maguey, el adobo es espeso y profundamente especiado, sin embargo en medida justa y la suavidad de la carne embonó perfecto en los tacos. El rib eye –300gr– tiene un sabor ácido gracias a la salsa para carne con la que marinaron y la sirven en un perfecto término medio, acompañado con chiles asados, como si efectivamente lo hubieran preparado en el rancho.
Para acompañar platillos con un estilo ahumado y abundante lo mejor son unos frijoles charros (con una receta distinta a los tradicionales) una papa al horno con un aderezo repleto de tocino o un elote entero con chile piquín, entre otras once opciones. Dicho por ellos: “Come a gusto y placentero y que ayune tu heredero, no hay mejor aderezo que la carne sobre el hueso”.
También es un bar, hay promociones de bebidas según el día de la semana y cocteles de la casa como el desobediente con mezcal y té helado, o la corregidora con tequila y pimiento verde, averigua con las meseras qué promociones te ofrecen ese día.