“El café es como el vino”, me dice el barista de Drip a través de la ventana que separa la banqueta de Río Lerma del pequeño espacio donde sucede la magia. “Todo el sabor depende del proceso que haya tenido el grano antes de llegar a la taza”.
Drip se jacta de tener este cuidado. Este es un nuevo café de especialidad, bueno para quien busca un café de pisa-y-corre, pero con toda la calidad de los métodos de extracción, como chemex y dripper. Este último, la estrella de la casa, es una extracción por goteo y que puedes probar en clever o en latte frío.
El clever es una bebida caliente, de cuerpo muy ligero, casi similar al del té, pero con más cafeína que un espresso. Gracias a su sabor sutil, es ideal para quienes buscan una bebida fuerte, pero suelen disfrazar su intensidad con azúcar. En efecto, el clever te pone más listo que el Choco Milk que te preparaba tu mamá en la mañana.
La extracción fría, por otra parte, también se hace por goteo. Puedes pedir la mezcla con un toque de leche para convertirla en un latte frío, combinación que se está volviendo la favorita de los clientes frecuentes que el lugar ya tiene. En cuanto al grano, no existe una rotación fija de orígenes, pero suelen anotarlo en el vaso para que conozcas cuál es y puedas pedirlo después. El mío decía “Chiapas”.
Adiciones como mesas o dónde recargar las asentaderas todavía están en los planes futuros de Drip, dejando su ventanita como una buena parada en el camino al trabajo de los vecinos de la Juárez.