¡Habemus puente! Sal a comer rico por menos de 300 pesos

Uno de estos sandos bastará para saciarte durante todo el día. El chef Andrés Gallegos celebra la gastronomía asiática (y algunos tintes mexicanos) y la coloca entre sendas rodajas de pan de caja esponjoso que preparan in situ. Rondan los $200 y nuestro favorito es el Katsu Sando, con lomo de cerdo empanizado en panko con una gloriosa e intensa salsa agridulce. Acompáñalo con una agüita fresca ($30) o una miche de la casa ($55). 

Angel Urraza 935, Del Valle. Mar-sáb 9am-9:30pm, dom 9:30am-6pm. 

Al llegar por la calle de Prosperidad, encontrarás todas las opciones de menú escritas en una pizarra negra junto a las mesas al aire libre, las más caras rondan los $200 pero seguro no te quedarás con hambre. Es ideal para ir acompañado, pues las porciones se prestan para compartir. La base de todos es el arroz blanco junto con tres acompañamientos que en coreano se denomina banchan. 

Los platillos principales son el estofado de costilla de res, que es el que más se ha vendido; luego tenemos el guisado de puerco, que pica un poco, por lo que será atractivo para los mexicanos; y luego tenemos el curry estilo coreano con hongos, como una opción vegana”, menciona el chef. El favorito y más delicioso fue el estofado de costilla de res, cuyo sabor agridulce hace un buen balance con la suavidad de la carne, mezclada con el arroz.

Aquí solo vas a encontrar tacos y tortas pero la diferencia es que todos son de cortes de carne. De hecho llevan carne americana calidad prime. Los más económicos son de $75 pesos, como el de camarón o sirloin, de ahí siguen los de rib eye o picaña de $106. 

Pero la cosa no acaba ahí. Con cada taco tienes derecho a la barra de ensaladas ilimitada, con verduras al vapor, ensalada mediterránea, cebollitas, nopales y demás complementos. Todo estaba fresco y bien sazonado. Hay chela artesanal o pregunta por las tisanas de la casa para cerrar una comida súper saludable. 

Magdalena 313, Del Valle. Metrobús Poliforum. Lun-dom 10am-10pm. 

Una de las joyas de la Narvarte es esta fonda gourmet que nunca falla cuando quieres un menú del día interesante, internacional, saludable y, encima, a muy buen precio. Cuesta alrededor e $100 pesos e incluye entrada, plato fuerte, postre (sus helados hechos en casa son perfectos) y tisana sin azúcar.

Si no encuentras menú, los platos a la carta también son bastante accesibles y hasta manejan algunos cocteles por menos de 100 pesos. 

Torres Adalid 1263, Narvarte. Metro Eugenia. Lun-vie 9:30am-9:30pm, sáb 9:30-6pm. $120-250 

¿Ya conoces la nueva taquería que rebosa personalidad? El lugar, menú y todo el concepto fue creado por el chef eslovaco Pavol Lachkovic, con más de 20 años en México, cuyo objetivo es entender, replicar y mejorar el taco. Así, toma de base la tortilla (azul, criolla, a mano) y le suma personalidad a los rellenos con procesos europeos y asiáticos. 

Los tacos cuestan entre $40 y $45 y la caguamita $ 35. Prueba el char siu, un taco a la BBQ, que emula un poco al yankiniku coreano (una técnica de preparación). Fue uno de los favoritos del día, porque es tan complejo que, no te mentimos, la primera impresión recuerda al mole.

También el tociqueso, con tocino artesanal, y una costra de queso ahumado o el de tofu con setas, con brotes y una salsa especial de la casa (ahumada, obvio).

Lo que comenzó como dark kitchen en la pandemia ya tiene un local al sur de la ciudad. No hay mucho qué pensar, aquí solo hay tortas y tacos ahogados (de carnitas y de papa), pero como seguro irás para sacar a tu tapatío interior, debes probar la torta. Está hecha con un pan que no es el clásico birote, sino una receta especial de masa madre, que cumple su cometido de no desarmarse una vez enchumbado. 

Sí, es una torta de más de cien pesos, pero la ración de carnitas es realmente generosa, con sus respectivos frijoles refritos. Y, de hecho, el resto de la carta tiene precios muy razonables. Baja todo con una agua súper fresca de limón o una michelada de la casa y si te queda un huequito, no dudes en ocuparlo con el flan de cajeta de solo $30 pesitos. 

Hay de cuatro sopas: el verde, el blanco, el rojo y el mixteco. Aquí hacen todo de cero, desde la nixtamalización del cacahuacintle hasta el polvo de chiles tatemados que corona tu plato trunfal. Probamos el mixteco ($140), que viene servido como un pozole blanco al que agregan una cucharada de pasta de chiles rojos, ajo, cebolla, hoja santa y otras especias, para que tú mismo la vayas mezclando en el caldito. Además de rico, interactivo y con un picor tolerable. (Aguas con los chiles secos enteros que van aparte, esos sí nos hicieron llorar.)

Antes de pedir, cuidado con las porciones. Si no vas con hambre voraz, para mí el mediano fue más que suficiente acompañado de una cerveza y una orden de quesadillitas fritas. 

Si lo tuyo son las tostadas, reserva una visita para probarlas en este lugar que respeta el producto de mar. Tanto para quienes comemos de todo o los que tienen una que otra restricción de dieta con los crudos, cuentan con cuatro opciones: de camarón - alioli, aguacate - furikake, jaiba - kimchi y chícharos con almejas, una de las más llamativas del lugar, además de una quesadilla de sierra con un característico toque ahumado.

Aunque no quiero elegir favoritos, la de camarón siempre ayuda a refrescar los ánimos y la de chícharos, más allá de ser deliciosa, es interesante, generosa, equilibrada y sobre todas las cosas, el platillo que siempre queda igual cada que lo pido. Para los más animados, hay un combo de mezcal con cerveza a un precio bastante accesible. También hay kombucha, además de las bebidas regulares para hidratarse.