De acuerdo, comer en la Condesa es caro, pero además de los mejores restaurantes para cenar y los hot spots gastronómicos del momento, esta colonia tiene muchas sorpresas que podrás disfrutar sin gastarte una fortuna.
Publicidad
Comer por menos de 150 pesos
Caminando por La Condesa conocí a la heladería más rosa e instagrameable de la zona. Y lo mejor es que también es vegana, zero waste y usan solo productos naturales y de temporada. Esta heladería que tu feed de Instagram y tu corazón necesitan es Nieve de Olla.
Esta heladería, que vive dentro de una casona gigante, es tan bonita que no te vas a querer ir nunca. Tiene mesas afuera, perfectas para pasar el rato en compañía de tu perrito, y adentro, que son tan cómodas que se antojan para instalar ahí tu oficina por un día. Desde ahí tendrás una vista increíble al taller, donde hacen todos los helados que han hecho felices a tantos.
Y además de tener un gran diseño, en Nieve de Olla también tienen preocupaciones sociales y medioambientales: compran a productores locales, usan solo ingredientes naturales (nada de estabilizantes, colorantes o saborizantes) y no generan desperdicios. Por eso, si vas por tu helado para llevar te lo darán en cono o en canastita; las cucharas están hechas de una mezcla de cereales que te puedes comer (y, sí, aguantan a que te comas tu heladito sin deshacerse). Y, si vas por helado para llevar, te lo darán en un frasco de vidrio que puedes llevar en tu siguiente visita para que te hagan un descuento.
Y, lo más importante, los sabores de los helados son tan ricos como originales. Como solo usan productos naturales, en Nieve de Olla las opciones cambian dependiendo de la temporada. Así aprovechan lo más fresco y rico para producir estos helados, que...
¡El Foro Shakespeare ha vuelto! Y con él una nueva propuesta culinaria para acompañar las noches de stand up. Bambalina es una propuesta monchosa, informal, versátil y buena onda. Hay algunas opciones para brunchear, como el french toast y los imprescindibles chilaquiles, o si andas en ondas sanas, te esperan bowls de avena con frutas. También hay una barra de cafés —con y sin piquete— y una carta breve pero cumplidora de coctelería.
Yo probé dos tragos: el “Yo no soy marinero” y (no me iba a quedar así) el “Soy capitán”. El primero es un fresco y aromático gin tonic con romero, y el segundo, para los de gustos más dulzones, va con frutos rojos. También me eché La 9oz, una generosísima hamburguesa hecha en pan hecho en casa y de manera artesanal, arrachera, queso gouda y arúgula. Para el postre probé unas gorditas de oreo con salsa de chocolate y helado. Y semejante atascón vino con todo y show de stand up.
Por supuesto, el aforo está controlado y todas las medidas de seguridad se cumplen para que puedas disfrutar de una comida rica acompañada de entretenimiento de calidad. Y, por supuesto, si se te antojó la hamburguesota que te acabo de platicar, puedes ir solamente a comer.
Para el standup, puedes ir los jueves a las 8pm, sin cover, o los viernes a las 8:30pm, con un cover de $250.
Te recomendamos: Stone Rex.
Publicidad
Para los mexicanos, las conchas son como nuestro pan nacional, casi en todo el país se consumen y son sumamente deliciosas y esponjosas. Hace poco descubrí Tomasa en la Condesa, pero por la cuarentena había postergado el momento de ir.
Creo que me hice muchas expectativas al respecto. Su local es grande, tienen mesas desplegadas alrededor y una cocina abierta donde verás cómo hacen cada producto; con su ambiente me recuerda a una época de art decó y tal vez esto sea solamente percepción personal, pero me encantó.
Entrando a temas importantes, con la nueva normalidad únicamente tienen el menú en código QR, así que si tu celular es viejito, no sabes usarlo o no tienes, será un momento incómodo con sus empleados que, si te toca el mismo que a mí, te mirará feo. Como la tecnología y yo no somos buenas amigas, tuve que preguntarle al cajero lo que tenían disponible y se limitó a decirme solo las conchas dulces.
Pedí una de naranja ($33) con trozos de almendra que resultó mi favorita, el sabor era inigualable y el crujir de las almendras contrarrestaban la suavidad de la concha. Después probé una de café de olla ($33) que no llenó del todo mi impresión de este sabor y puede llegar a ser muy amarga. Se me antojó una de vainilla pero no tenían y terminé con unas tomasitas de vainilla ($45): mini conchitas en un vaso que pesan seis gramos y vienen 12 piezas, mismas que lucen muy monas para fotografiarse antes de acabárselas bocado por bocado. También cedí ante las tomasitas de...
Tranquilidad es lo que se puede percibir en el Quentin de Ámsterdam 67A, es justo lo que necesitas para salir del ruido de la ciudad por un buen rato. Tienen tres meses operando en la Condesa y es el segundo establecimiento que se abre, el primer Quentin está en la Roma. No te preocupes si la entrada parece escondida o casi no la notas, pero te decimos que es hora de descubrirlo.
Encontrarás una banca de mármol en medio de una jardinera y una mesa con dos asientos al lado de la entrada, al adentrarte hay una barra con diferentes cafeteras, una panera y el menú en grande pegado en la pared. Si te adentras más pasarás por un pasillo de concreto y estrecho en el cuál verás cómo cuelgan gorilas del techo; dicho corredor te conduce a la parte trasera del lugar decorado con plantas y muebles de color marrón.
A lo mejor a mi me pareció sumamente pequeño, pero finalmente es parte de la magia, porque después te envuelves con la delirante variedad de cafés. Desde los originarios de Etiopía y Ruanda, hasta sabores de Brasil y Colombia en una taza (quién no ama un buen café colombiano); claro, no puede faltar el grano de café mexicano originario de Oaxaca y Chiapas.
Puedes acompañar tu café con un avo toast, un bun de huevo y tocino o una pieza de pan dulce. Y si no te apetece un café en ese momento, también cuentan con mezcal, cerveza, carajillo, ginger soda y variedad de tés. Por cierto, entre sus planes, los dueños Quentin tienen pensado abrir una panadería (sí que están en todo)....
Publicidad
La cultura estadounidense nos tiene enajenados. Por medio de sus programas, películas y videos virales en redes aprendemos de su cultura, y como la comida también es cultura, resulta imposible huir de sus deliciosas gorduras.
Si bien amo desayunar chilaquiles, quesadillas y pancita, me enamora la vista el clásico desayuno americano: huevos fritos —o revueltos—, tocino, hot cakes, café y juego de naranja. Cuando me enteré que existía un restaurante que servía este tipo de desayuno, no tardé en visitar Clara Y Ema —un excelente nombre, ¿no?—.
Clara y Ema ofrece seis tipos de sándwiches, todos con huevo como base, cambiando aderezos, lácteos y proteínas. En mi visita pedí el Clara, un bollo de hamburguesa —fresco y esponjoso— con un huevo estrellado, tocino ahumado, queso cheddar y un toque de mayonesa de chipotle.
El emparedado es el sueño de cualquier gringo —de hecho, mientras comía, llegaron bastantes extranjeros—, los huevos son cremosos, el tocino no es salado y la mayonesa está perfectamente balanceada tanto en sabor, como de picor, para soportar y no volverse la protagonista.
Hablando sobre costo-calidad, es perfecto, pero debo confesar que mi visita se inclinó como negativa. Más allá del sándwich (qué me encantó), el paquete que pedí con jugo y café no cumplió: el jugo estaba pasado y el café llegó en una taza despostillada que parecía sucia de tanto uso. Cuando reporté lo del jugo, sólo me dijeron que lo iba a revisar.
La atención es algo desastrosa porque no hay...
Todo comenzó como un servicio de comida vegana a domicilio; tacos en bici, para ser más preciso y para que con el antojo se te quite el escozor que te dio la palabra looser pluralizada en su nombre. Para ellos, Los Loosers son quienes no siguen con la corriente; para la revista Forbes, en 2018: “…es un restaurante reconocido como pionero en cocina vegana en México. A raíz de su éxito hay otras opciones para el público vegano donde se interactúa con los clientes en redes sociales.”
Este restaurante de comida vegana es un caso de emprendimiento que ocurrió en el momento preciso en que los mexiqueños nos montamos en el sí a la comida libre de productos animales. Desde 2011, la propietaria Mariana Blanco les pintó dedo a todos los que juzgaban la comida vegana como insípida y monocromática.
Ya no hay bici, pero sí un restaurante que ofrece un menú vegano con más de 30 opciones, sin dejar a un lado que los tacos son su poderoso aliado. Las tortillas son hechas a mano, desde cero, y les agregan matices de epazote, cilantro, chiltepín y otros ingredientes.
Para conocerlos por primera vez basta una orden de tacos al pastor, preparado con hongos y servidos con queso de nueces de la india y sus complementos tradicionales. También debes probar la hamburguesa de huitlacoche y los benditos chilaquiles, una delicia en salsa roja con setas y aguacate.
Los insumos provienen de Xochimilco y Estado de México, así como de otras cercanías. Los Loosers son definitivamente los ganadores del...
Publicidad
Amantes de las donas: llegó el momento de regocijarse. Esta panadería viene de San Cristóbal, Venezuela y tienen en su menú más de 20 estilos y sabores. Desde la boston cream, una de las que los impulsó a la fama con suculenta crema dulce y fresas, hasta las creaciones mexicanas que no encontrarás en otros sitios.
Aplicaron la expresión que dice “a donde fueres, haz lo que vieres” con las donas de horchata, chicharrón, mango con chile, cajeta y jamaica. La de mango es ligeramente agria y la de horchata es la más dulce. La de chicharrón me recuerda a las donas con tocino de Catamundi, pero sin el sabor ahumado intenso; es una opción intrépida del menú que vale la pena atreverse a probar.
Si prefieres una dona más sutil pide la de pay de limón, una ferrero rocher con crema de avellana o una de brownie, con trozitos encima. La receta tradicional que utilizan para la masa es de fermentación larga con levadura y un toque de sal, lo que hace que despunten muy bien los demás ingredientes dulces. Todos los días encuentras el paquete ToGo de café y dona por $30, la media docena variada $130 y $250 la docena.
Las frutas para las mermeladas son de productores locales y el café de lotes de pequeña producción; ahora ya sabes dónde acudir por tu dona de cada día.
La tortilla es nuestra imago mundi (imagen hacia el mundo), es el redondo eje de nuestra comida, cultura y economía agraria. En uno de sus extremos está la producción industrial con Maseca, que para muchos se convierte en las únicas tortillas accesibles. En el lado opuesto, aparte de las pocas tortillerías que todavía trabajan con puro nixtamal, están los nuevos molinos que procesan maíces criollos de cultivo sostenible —como Molino El Pujol, Maizajo y Expendio de Maíz Sin Nombre de El Parnita—, y ofrecen un producto superior en sabor, textura y calidad nutricional; claro, a un precio más alto que parte de un comercio justo con sus productores.
Además de vender masa y tortillas por docena, en la barra de este crucial proyecto de Enrique Olvera se sirve un breve menú milpero, en el que sobresalen los delicados tamales de rajas, huitlacoche o calabaza, el taco de aguacate en aromática tortilla de hoja santa (la misma con la que se sirve el mole madre), con una salsa guacachile que es más humo y caramelo de cebolla que picor de chile serrano, y la joya: el elote con mayonesa de café y chicatanas, hermano de los legendarios elotitos de Pujol, que con ese toque entre terroso y picante que dan las hormigas, envuelto en la untuosidad de la mayonesa, te hará volver una y otra vez, por el poder del antojo.
Publicidad
Es un pequeño laboratorio de superalimentos en Ámsterdam…Ya sé, qué novedad para la Condesa. Sucede que me enamoré de su buddha bowl, el amor da para compartirse: quinoa, champiñones, kale, betabel, camote y aguacate, todo ligeramente cocinado y sazonado. Tip: puedes optarlo con atún. Es un golpe de buena onda y como dicen por esos rumbos, de wellness.
El —muy— pequeño local es una trampa para quienes se levantan temprano a correr, a pegarle al gym o al yoga. Es atractivo por la vista a la avenida, sus smoothies poderosos y opciones veganas para el café con leche —coco o almendra, o bien, si quieres de vaca esta es orgánica. El smoothie bautizado como espléndido no se quedó corto. Lleva plátano, maca (una raíz), lúcuma (del árbol de pouteria, sin albur y buena para crear hemoglobina), dátil, vainilla, cacao, mantequilla de cacahuate casera, chía y leche de almendra; bueno, te espera una sobrecarga de energía oleaginosa. Sus otros desayunos y comidas más potentes son orgánicos, como los chilaquiles de tortilla azul con huevo y salsa de chile pasilla, los cuales combinan con el smoothie de açaí casi como si existieran el uno para el otro.
Desde cuatro tipo de Cheerios, pasando por los orgánicos Gorilla Munch (hojuelas de maíz) y Amazon Flakes (azucarados), hasta un Boo Berry de General Mills con chocolate y bombones sabor mora azul. Vaya, son cientos de tipos de cereales nacionales e internacionales con alrededor de 50 toppings, como helado, galletas, jarabes y yogurt.
Debes estar pendiente de sus redes sociales porque llegan ediciones especiales, como cereales coreanos y Froot Loops de unicornio con el color de la leche que prefieras. Si se te antoja, pide mejor unas malteadas, waffles dulces o burrito de algodón de azúcar relleno de helado.
También te puede gustar
También te puede gustar
Discover Time Out original video
Publicidad