Ojear el menú de D16 (D10&seis) significa un viaje culinario exprés por las recetas tradicionales de platillos americanos, asiáticos, españoles y, por supuesto, mexicanos. Hay cabida para cualquier antojo, desde langosta y pulpos a la gallega hasta hamburguesas y pastas.
Una Frida Kahlo pintada al fondo de la barra y colores terrosos del inmueble te sumergen en un estilo vanguardista. Para la picadera (entrada) está la opción ligera con los rollos vietnamitas, envueltos en hoja de arroz y con camarón; las consentidas son tres sliders –mini hamburguesas–, listas para acabarse en cuatro bocados.
Tárdate cuanto quieras en decidir el plato fuerte, pero es infalible pedir carne o pescado; o los dos. Los tacos mar y tierra tienen la carne de res y el camarón en su punto de cocción. El sándwich de albóndigas no es nada convencional por la suave carne de ternera y queso ricotta. Además, seguro querrás pedir ración extra de las crujientes papas fritas dispuestas a acompañar.
Para recomendaciones de la coctelería de la casa está el tamazcal, un conjunto de mezcal traído de Oaxaca, tamarindo y jugo de limón que termina por hormiguear el paladar con sal de gusano. Parte de la experiencia de visitar el Centro Histórico es reconocer que sus calles resguardan sabores memorables.