El local dentro de Barrio Alameda es pequeño y sólo hay una banca para esperar a que tu marquesita quede crujiente. Cuando hay mucha gente no encontrarás lugar para esperar.
En las repisas hay productos de otros locatarios que utilizan para cada una de sus recetas; sólo hay una estufa, que es donde hacen la magia, y se acabó. No necesitan decoraciones extravagantes ni muchos elementos, hay un ambiente ligero y un aroma delicioso.
El menú es con ingredientes del día. Tenía antojo de algo dulce y pedí una de mermelada de habanero con queso de bola (servido con todas las marquesitas). La masa tenía un sabor neutro, ni dulce, ni salado, y la mermelada le daba un poco de picor, casi imperceptible. Con el calor se derrite el relleno y aguada la bolsa en la que lo sirven, procura pedir unas servilletas para que no te embarres demasiado.
A pesar de mi falta de fe por la de crema de avellanas la pedí y me sorprendió. Lo dulce de la crema se complementa con lo salado del queso, te la recomiendo mucho pues te sorprenderá a cada mordida. Las marquesitas de Crujiente Antojo Yucateco son para saciar el antojo, si vas a la Alameda Central no se te olvide pasar por el postre.