Cuando pases caminando por la Plaza Melchor Ocampo, pon atención: alcanzarás a escuchar discretos, los sonidos de la música norteña con onda urbana que emanan del nuevo restaurante de la increíble Alexander Suástegui: Costela.
En Costela, Suástegui deja ver su sangre norteña: la chef, nacida en Sinaloa pero que considera a Tijuana como su hogar, presenta un menú de cocina de mar y tierra en donde los protagonistas son los ingredientes, la mayoría de origen sustentable, además de la vibra del norte y los sabores, en el buen sentido, adictivos; de esos que no puedes dejar de comer.
Al increíble menú de Suástegui se suman los tragos de Joseph Mortera (Café Ocampo). Por supuesto, entre sabores norteños no podían faltar los clamatos, y es con eso con lo que comenzamos la muy gozosa tarde en Costela, con un Tijuano: jugo de tomate preparado, tkt roja (sic.) almeja, camarón, pepino y especias norteñas. Y pues, fierro.
La cocina es buena onda, mientras que tiene un toquecito que de hace querer seguir comiendo. Eso sí, todos los platos siempre muy guapos y bien vestidos. Para empezar, pedimos el pulpo para picar, que va con pepino, cebolla morada y salsa preparada, misma que terminamos casi exprimiendo del plato para aprovechar hasta la última gota. Tip: pídelo con camarón seco, para darle un toquecito salado y crujiente.
También para compartir pedimos el frito de mercado, una tirita de botete empanizado con mayonesa de cítricos, salsa de aguacate y tortillas recién hechas, perfecto para taquear, compartir y para acompañar con tu cheve.
Si prefieres los platillos de tierra, en Costela sí se arma la carnita asada; no te pierdas la lorenza, una tortilla de harina grande con trocitos de cabrería, guacamole, frijolitos y salsa. Es enorme, así que seguro con eso tienes, pero mejor compártela, porque todo, absolutamente todo es delicioso.
De postre le entramos a una de las cosas más atascadas que nos hemos comido en la vida: un brownie, que tenía el centro líquido, al estilo fondant, y que venía empanizado, frito y bañado con una salsa de caramelo.
Y además de la onda norteña, lo cool de Costela es que se preocupan por la calidad de sus insumos, por eso el menú cambia muy seguido. Además, el 95% de los productos son de origen sustentable. Y, para colofón, la chef es una rifada, así que, ¿qué más quieres?
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