Se encuentra en el pasillo de un edificio con el número apócrifo 666. Ahí la señora Mercedes prepara un platillo que sólo ella sabe cocinar: un potente caldo rojo con trozos de hueso envueltos en carne tierna que se desprende como mantequilla, con una sazón perfecta.
Puedes ajustar a tu gusto con limón, orégano y venas de chile en vinagre, el sello especial incluso si lo pruebas dentro de una tortilla hecha a mano.