Según un comunicado por la Cámara Nacional de la Industria de Producción de Masa y Tortillas, el consumo de tortilla en México ha bajado un 50% en los últimos años, una cifra impresionante si consideramos que según el relato del Popol Vuh, somos los hijos del maíz. Con el reciente regreso a lo orgánico y al comercio justo, lugares como Cintli nos regresan al origen.
Al entrar a esta tortillería y antojería destacan las grandes máquinas tortilleras, mientras que un par de mesas corridas invitan a sentarse. Si es temprano empieza con un atole chai, matcha o ayurveda (cúrcuma, jengibre, pimienta y cardamomo). Como en cualquier tortillería, donde una sencilla tortilla de cortesía con una pizca de sal es un manjar, el menú de Cintli es breve pero cumplidor.
Ve por la tetela rellena de frijol negro con crema y queso de rancho y chapulines. Antes de terminártela (para que llegue a hacerle relevo), pide el tayoyo, una tortilla gruesa similar a un sope, con ayocotes, nopales, queso y chapulines. Las quesadillas no salen de lo tradicional, pero son una sencilla opción para probar la delicia de masa.
Si tu mamá solo te mandó por tortillas considera que tienen una amplia variedad: las ya casi mainstream de nopal; con superfoods como linaza, kale, hemp, matcha, o espirulina, o con sabores como chile chipotle y cacao. No olvides regresarle el cambio.