Hace un par de años la Roma escaseaba en marisquerías, las opciones eran contadas y el anhelo de los manjares del mar nos limitaba a manteles largos y la blanca convivencia familiar en lugares sofisticados.
El auge de los food trucks, formatos to go y los nuevos puntos de franquicias que sirven mariscos —abriendo en cada esquina de la ciudad— han dado el banderazo para la sana competencia y también han dado pie a conceptos desenfadados.
La idea detrás de Punta Morena era traer un pedacito de Cozumel a la Ciudad de México, el cual se encuentra ya desde casi tres años en Casa Purveyor, compartiendo el inmueble con propuestas como Dulcinea y Jucy Lucy.
Catalogado como lonchería, Punta Morena sirve clásicos caribeños en forma de tacos, tostadas, tortas, pescadillas y ceviches. Algunas de las recetas yucatecas familiares de uno de los socios fueron adaptadas también a la oferta, como el pescado Tikin-Xic (pibil), sin comprometer clásicos de esta cocina como la cochinita pibil, el Poc-Chuc, el relleno negro y el pan de cazón; la estrella del lugar es la torta de pulpo en su tinta, la cual viene perfectamente condimentado y en el clásico pan que tan casualmente llaman en la península de Yucatán “francés”.
El mobiliario y la decoración es sencilla, la ilusión del turquesa del mar viste las mesas mientras que las paredes muestran fotografías tomadas en Progreso, Mérida y Cozumel, Quintana Roo, junto a estrellas de mar y uno que otro detalle marino. Su barra de coctelería ofrece micheladas de mango, piña y chamoy que, junto a las opciones de mezcal, te hacen pensar que ya te toca planear tu próximo viaje a la playa.
El término lonchería cobra vida tan sólo de ver los precios, donde el acompañante por excelencia para los mariscos, la cerveza, la puedes encontrar en $13 pesos antes de las 3pm a partir de los martes.
Como recomendación, hazle caso al mesero cuando te diga que la salsa de habanero es muy, muy picosa.
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