El pápalo es esa planta que siempre quito del plato, empujándola sutilmente con el tenedor y temiendo que su abominable sabor –del que tanto me han contado– arruine la sazón de mi platillo. En la comida, el “más vale malo por conocido, que bueno por conocer” nos hace quedarnos en un círculo vicioso de malos hábitos o simplemente de malos sabores. La propuesta de Pápalo y Papalotl te salva de las dos al mismo tiempo.
Su menú vegano puede satisfacer cualquier necesidad nutricional, desde el vegetarianismo, lo raw, lo libre de gluten, de soya y de crueldad, hasta la necesidad más antigua de todas: la condenada hambre.
Para facilitarte dar el salto al estilo de cocina del cual muchos tenemos prejuicios, los platillos de Pápalo y Papalotl son formatos conocidos: hamburguesas, tacos, tallarines y chapatas, entre otros.
Cada estación, su cocina hace el mejor casting de frutas, verduras y ¿por qué no? de flores, para explotar su potencial y convertirlo en una propuesta culinaria de su reducido menú. La disponibilidad de frescura de cada ingrediente se refleja en el cambio constante de la carta.
Inicia con un carpaccio de betabel, una colorida selección de jugosas láminas que van abriendo el apetito y pintando los dedos. Como segundo plato, el dhal de lentejas (un sabroso pleonasmo, ya que dhal significa lentejas en hindú) es la tradicional sopita casera, con un tenue sabor a curry.
Como plato principal, los tacos de jamaica son los más buscados del lugar. Son crujientes y ligeramente agridulces por la flor que los rellena, coronados por la santísima trinidad de un buen taco dorado: crema, aguacate y lechuga.
Siguiendo la línea de aventurarse a lo desconocido, en la sección de bebidas está el kombucha, un té de origen chino, con un ligero sabor ácido. Es una bebida refrescante y natural que se ha ganado el
nombre de “el elíxir de la inmortalidad”, ya que se le atribuyen efectos estimulantes, desintoxicantes y curativos, como mejorar la digestión y activar las defensas del cuerpo gracias a la comunidad de bacterias que lo fermentan.
Finalmente, los “souvenirs” (y, en verdad, el broche de oro del local) son elaborados con recetas de Pápalo y Papalotl. Hay spreads, cremas, mermeladas toppings y salsas. De todos ellos, recomiendo llevar un hummus sapiens, la especie mejor evolucionada de hummus; la crema de avellana o el queso vegano que venden.
El tamaño del local no hace justicia a la popularidad del lugar. Hay que llegar con la mejor disposición por si hay que esperar mesa, y por si algún ingrediente o combinación desconocida te impulsa a desterrarlo del plato.