Si la cocina portuguesa no te es muy familiar, este lugar puede ser un excelente punto de partida. La decoración que recrea la Lisboa romántica con pisos de madera y pinturas en la paredes que te remiten a un puerto antiguo. La música en vivo ayuda a ambientar el espacio para transportarte, a través de uno más de tus sentidos, al lugar retratado en las paredes. Para abrir el menú, puedes pedir el Bacalhau No Formo horneado con olivo, papa y cebolla en rodajas, una de las recetas emblemáticas de la carta. Años de experiencia les han servido para perfeccionar el arte de cocinar bacalao al horno. Acompaña éste con el arroz preto que viene preparado con pescado, calamar, pulpo, almejas y tinta de calamar. Los dos son para compartir con una o mas personas.
De postre, el obligado pastel de nata horneado a unas cuadras en la famosa pastelería Da Silva. Esto, maridado con excelente cava de vinos portugueses con precios accesibles, te darán un paisaje claro de su gastronomía y de la cocina de los chefs Maria Da Silva y Francisco Zamudio.