Cariñito Tacos es un puesto que tiene toda la esencia de una taquería habitual: es un lugar a donde comes parado, a pie de calle. Es pequeñito; en el mostrador cabrán, tal vez, unas dos personas. Y en el espacio que acondicionaron en la banqueta, con algunas barras altas, pueden acomodarse unos cuantos más —seguro en tiempos post pandémicos todos nos apretaremos en esas barras—. Pero, al mismo tiempo, Cariñito Tacos contagia una sensación de frescura y coolness.
Su menú de tacos está conformado por cuatro opciones que puedes acompañar con una chelita, un Boing o un agua mineral. Pero la onda es que los tacos no son los de siempre; aquí acomodan las viandas, que han sido tratadas bajo técnicas de cocción de todo el mundo y mezcladas con especias y aderezos predominantemente asiáticos, en una tortilla de harina o maíz recién hechas.
Una opción es el taco Issan: pork belly cocinado por 15 horas en soya aromática; va sobre una tortillita de maíz y sazonado con especias del noreste de Tailandia, polvo de arroz, chicharrón y menta fresca. También tienen el taco Thai: cerdo confitado en tortilla de maíz sazonado con salsa Jin Jaew hecha con tamarindo y albahaca.
Acá entre nos, mi favorito de Cariñitos Tacos es el cantonés; pork belly súper crujiente montado en tortilla de harina, con salsa hoisin, siracha hecha en casa y encurtidos. Y si prefieres los vegetales, está el taco de berenjena Laos: berenjena confitada en soya servida con una salsa de tamarindo y con albahaca y chalotes frescos, sobre una tortilla de harina.
Lo que sabe mejor de Cariñito (además de los tacos, que saben muy, pero muy bien) es el concepto: toman productos y técnicas de otras latitudes del mundo. Normalmente —al menos por otros ejemplos que hemos visto en la CDMX—, cuando esto se hace, viene acompañado de una hiper sofisticación del lugar; los platos se vuelven carísimos, el ambiente súper snob, los lugares se vuelven fríos.
Honestamente —y sobre todo después de un año de pandemia—, los conceptos que se antojan son los de este tipo: atención súper cálida, productos innovadores, platillos riquísimos y que no has probado nunca antes. Todo sin que te sangre la cartera y en un lugar en donde puedes ir en tenis. Larga vida a Cariñito Tacos y a todos los proyectos que esta taquería inspire.
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