Camino a Comala no te lleva de viaje, sino que te trae hasta la Ciudad de México un café de especialidad con grano colimense. Lo encuentras en la frontera de la San Rafael y la Santa María la Ribera, zona capitalina en donde lo que no es de aires clásicos, es bohemio y culturalmente delicioso.
No hay mucho que decir sobre el local, mas que tiene alma de hogar y luces cálidas; las mesas son de madera, muy al estilo Roma, Condesa y orgánico, pero sin estar forzado o dar flojera. Al fondo hay una sala, como de casa en donde puedes leer una revista con un chai latte. Leo Alvarado y Ana Luisa Padilla te reciben con calor de hogar y personalizan tu atención: el ambiente, el servicio y los productos embonaron de lujo.
Tienen métodos de especialidad como chemex o dripper, pero la tarde era lluviosa y los bocados que ofrecen son de Del Reloj Panadería; opté por un latte con un tibio strudel relleno de manzana y no dudaron en equilibrarlo con una bola de helado de vainilla. El café estaba manso por la leche pero aún potente, vistoso gracias al corazón estilizado en arte latte. Puedes adquirir café en grano de Canoas o del mismo Comala, Colima.
Este sitio también tiene buen ver para pasar al mediodía a comer; hay baguettes de salami o de roast beef —el anzuelo que me hará volver—, también hay pizza margarita, de jamón serrano o pepperoni. Pues, les damos la bienvenida a la lista de lugares imperdibles en la San Rafael, pero sobre todo, a la diminuta lista de cafés de especialidad en la CDMX sin soberbia.