Si ya sabes dónde comer y salir cualquier día de la semana, ahora puedes conocer estos lugares recomendados por nuestros expertos en esta zona de la ciudad.
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Lugares para tomar café en la San Miguel Chapultepec
No se trata de la película de 1970, pero el dueño conoce a Salomón Leiter, director de esta pieza cinematográfica. Las Puertas del Paraíso en la San Miguel Chapultepec resultan ser una cafetería y galería cuya panadería orgánica es elaborada por Café Ruta de la Seda.
La vitrina pone a disposición tanto creaciones de masa madre como pequeños deleites de repostería. Hay conchas en peculiares colores: verde matcha, rojo jamaica y un tono claro de anís y hoja de aguacate (que sabe más a vainilla); si quieres experimentar con los sabores, el rol de cardamomo saca lo mejor de esta especia.
El sándwich de la mancha es todo menos ordinario, el pan de vino sumado a la agudeza del jamón serrano mientras el membrillo con nuez remata en lo dulce. Las pequeñas tartas resultan más prometedoras a la vista, pero la de coco y macadamia es cumplidora y cremosa.
La selección de tisanas y tés orgánicos es amplia y con variedades artesanales, pero el café no se queda atrás: pregunta por el cold brew y prueba el carajillo.
Al fondo hay un espacio destinado a piezas de arte rotatorio (el actor Matt Dillon los visitó al haber colaborado con el collage Reverend Chalmers). El método ideal para ir directo al paraíso es pedir una copa de vino mientras escuchas música del tocadiscos.
Es el mejor café en las cercanías del metro Juanacatlán, su fortaleza está en la calidad de lo que ofrecen y en la gentileza de su servicio. Me comentaron que son un café de especialidad, pero que no se limitan a ese eslogan para evitar el esnobismo; prueba de ello fue que el barista me invitó a no indagar sobre la procedencia del grano que utilizan. En cambio, le quisieron dar un giro al asunto poniendo tragos de autor en su oferta.
Lo anterior no quedó en puras palabras, los productos se antojan apenas lees los ingredientes: canela, vainilla, espresso, chocolate maya y trozos de chocolate; todos componentes del morenito, un trago que mezcló perfectamente lo amargo del chocolate con lo ácido del café, me hizo encontrar una armonía en el gusto. La competencia fue dura pues también estaba el nina, con espresso, sabor a pan de jengibre, leche cremada y más trozos de chocolate; o el insomnio, con café y nuez de macadamia. Además, obviamente, encontré los distintos métodos de extracción como dripper, prensa francesa y chemex, sin olvidar las opciones de café caliente más tradicionales, el capucchino, moka o latte.
Como si no todo en la vida fuera café, tienen bebidas refrescantes, jugos, tés, tisanas, frappés y horchatas de cacao. Pedí un jugo verde con espinaca, pepino, manzana y espirulina, me encantó que lo hicieran al momento. Luego ordené una pizza mia y mientras llegaba, el barista me obsequió un par de galletas de la casa, crujientes con vainilla y canela. La pizza me dejó
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Por más de 30 años la gente se ha asomado por una ventanita en la Glorieta de Cibeles a recoger su café. El año pasado, Archipiélago tomó bajo su ala a este exitoso local y bastó poco tiempo para que las delicias llegaran a la San Miguel Chapultepec.
El café que se sirve aquí, el que ha logrado atraer a tanta gente a asomarse por la ventana, es traído desde Chiapas y tostado en casa. Su sabor es intenso y, ya sea que pidas americano, latte o capuchino, se sirve en pequeñas tazas que me hicieron desear que hubiera refill. Hay que pedir un par para lograr arrancar el motor y meter primera.
Una buena alternativa para los que respetan mucho la dieta son los smoothies. La combinación natural de cada uno de ellos logra sorprender. ¿Ejemplos? El strawberry chamomile (fresas silvestres, té de manzanilla, chía y limón) o el ginger pear (pera, jengibre, leche de almendra y espinaca). Cada ingrediente está pensado para guardar el equilibrio nutricional, no te sorprendas si al probarlo te das cuenta de que ninguno de ellos tiene azúcar.
El platillo que podría hacer de ésta la ventanita del amor que tanto profetizó Garibaldi, son los huevos horneados. Estos salen de un horno de piedra que se puede ver a los lejos y de donde entran y salen calientes sartenes de huevos noruegos con salmón o a la madame chipotle, con bechamel de chipotle y jamón york. Todos se acompañan de papas al romero y se sirven en una charolita de madera que imagino perfecta para un desayuno a la cama.
El ambiente ínti
Esta cafetería muy mona en la San Miguel Chapultepec pretende el buen gusto, pero cae en la misma fórmula que muchas otras: ser un establecimiento de estilo francés con sillas de diferentes tipos, un papel tapiz abuelesco y espejos dorados con marcos estilo barroco. Otras malas ideas son tener un mostrador con chicles y pastillas refrescantes, como si fuera una tienda de abarrotes, y ofrecer objetos para regalo con vistosos listones (aunque seguro han sacado del apuro a más de uno por su cercanía al Hospital Mocel).
El acierto: es un buen lugar para trabajar. El Siete aprovecha muy bien el espacio. Tiene un tapanco desde el que no se perciben las distracciones de la calle, además cuenta con varias conexiones para la compu. En este lugar ofrecen una amplia gama de sándwiches, así como croissants y chapatas. También, té en excelentes combinaciones, como el negro sabor arándano, receta francesa, el verde marroquí y negro sabor cardamomo, receta de la India.
Lo más recomendable es el té chai con un shot de café (una mezcla de granos de Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Chiapas). La infusión puede ser con leche de soya, de almendra, de arroz, deslactosada y light. Les queda espumoso y con mucha textura y tiene la cantidad perfecta de dulce. Para acompañar ofrecen bizcochos de canela, de nuez y azúcar glas, tartaletas y galletas gigantes de chocolate que, cuando las calientan diez segundos, saben al mejor de los brownies.
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Un cafecito pequeño, ideal para los peatones o los vecinos que viven o trabajan la San Miguel Chapultepec. Sus bancas son blancas, como las de la Alameda, lindas para sentarse, ver pasar a la gente o leer el periódico y, como punto a su favor, tienen una estación de eco bicis justo enfrente.El café que sirven es una mezcla de la casa, no muy fuerte, pero tampoco liviano y cien por ciento mexicano. Su bebida más solicitada es el capuccino con canela dulce, además de los jugos orgánicos de mandarina, mango o piña. La chef Alejandra Apreza, prepara uno de los pasteles más ricos que he probado: pastel exótico de guayaba y espuma de queso, es fresco y no empalaga. También hay brownies, cheesecake con moras y pastel de zanahoria, al igual que pan artesanal de Pancracia, una de las mejores panaderías de la ciudad.Por otro lado, ofrecen una variedad de tés que van cambiando de sabores mes con mes, por ejemplo, té verde con granada y moras o té de limón con jengibre. Otro dato interesante es el impulso que le han dado a la nueva quesería mexicana. Venden y utilizan en su cocina salada, quesos de oveja con medalla de oro y plata en el World Cheese Award de Londres (2011 y 2012) y el queso pasión de cabra con medalla de bronce en la misma competencia en 2012, la mayoría son de la marca Lactography.
No es asunto nuevo el que la
San Miguel Chapultepec se
ha convertido en la favorita de quienes viven en sus alrededores. La clave es sencilla: la colonia continúa siendo en esencia habitacional, pero gran parte de su encanto se encuentra en esos lugares medio escondidos que ofrecen opciones para comer, tomar un café o conocer alguna galería de arte; lugares camuflados todavía entre la arquitectura típica de una casona y los espacios improvisados que funcionan como comercios.
Lo más probable es que si estás de paso por la colonia,
ya sea por trabajo o una visita ocasional, se te antoje comer o tomar algo. Sal y Dulce Artesanos es una buena opción.
Para la mañana están
los huevos en sus típicas presentaciones; frutas frescas o pan dulce en variedad. Si
es que desayunas ligero, los croissants te salvan la mañana acompañados de un latte.
La barra de baguettes y sándwiches es amplia. Pide el de roast beef si no quieres parecer aburrido con el típico de pavo y queso. Si lo que buscas es un poquito más de preparación, alguno de los platillos que hacen por día puede dejarte satisfecho. El pollo al curry y la lasagna
son de los favoritos. El lugar también funciona como taller gastronómico, donde se explora con la creación en la cocina y el uso de técnicas de repostería, cocina mediterránea y panadería.
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“¿Cómo, sólo es una mesa?” es una pregunta muy recurrente hecha por aquellos que visitan el comedor por primera vez. Porque sí, sólo es una mesa en un largo pasillo. El equipo detrás del diseño, planeación, construcción y operación está conformado por cuatro arquitectos, un diseñador y un administrador; quienes originalmente se reunieron para un proyecto que fracasó (en la arquitectura y diseño). A partir de esa frustración se creó el Café Zena.
Pero que quede claro que no es un capricho. Para empezar, está en una colonia con pocos comercios, y es así porque la sociedad de vecinos está negada en convertir la colonia en la nueva Condesa. Por lo tanto, es un comedor no invasivo. Es una mesa larga para que vayas a desayunar, comer, cenar, tomar un café (buenísimo), trabajar o reunirte con alguien.
La comida es casera. “Me gusta porque son los huevitos con jamón como me los haría mi mamá en casa”, me explica una clienta que va por lo menos cinco veces por semana. Esa es la idea, crear un espacio para que los vecinos de la San Miguel Chapultepec puedan ir a sentirse como en casa, comer rico y barato. Lo mejor es que no es sólo para ellos, mucha gente los visita el fin de semana para desayunar chilaquiles, molletes o hot cakes; o para comer una deliciosa hamburguesa de arrachera, preparada con un pan que se deshace en tu boca y carne suave y jugosa.
Además del menú básico, diario hay comida corrida que por 69 pesos incluye sopa, plato fuerte con guarnición, postre y un agua de sabo
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