Según la RAE, el destino es un punto de llegada. Aunque también existe la posibilidad de decidir tejerlo y enfrentar los caminos que genera un cambio de dirección. Para mí, el destino fue la decisión de transitar hacia un café de especialidad y boutique de pan en el corazón de la colonia Letrán Valle: Café Destino.
Desde hace tres años el café especial es el punto neurálgico del lugar, que honra el trabajo agrícola y de transformación detrás de los terruños mexicanos infusionando granos trazables en V60, origami , chemex, prensa francesa y aeropress.
El café que sirven tanto en métodos de extracción manual como en preparaciones clásicas como lattes, capuchinos, flat whites y mochas es elegido a partir del trabajo y disciplina de los productores. La barra de Café Destino ofrece alrededor de cuatro variedades del grano.
La explicación de sus baristas se convierte en historia cuando recopilan y explican toda la información en torno al grano. También te informan sobre el resultado que se puede esperar a partir de cada estilo de infusión. Mi decisión siempre se vuelca sobre el método chemex por el estilo de acidez que presume.
Del horno de Café Destino salen piezas de pan recién horneadas. Cada temporada se cuela en sus masas para contar lo que está pasando en la naturaleza a partir de sus ingredientes: en primavera y verano la frescura cítrica y la vida fluyen de sus platos; en otoño e invierno los frutos rojos y las mezclas calientes y confortantes como el ponche son apapacho comestible.
Por si buscas algo para el hambre, el brioche con jamón serrano es mantra para el desayuno porque es ese lugar seguro al que siempre quieres regresar, donde un suave brioche abraza un huevo pochado con eneldo, queso Gouda y tiras de jamón serrano acompañado por una ensalada fresca.
Más que un recorrido o un punto de llegada, el de Destino es buen café procesado con responsabilidad, explicado con calma y acompañado por comida que también honra la técnica.
Nayeli Estrada (@sargenta.pimienta)
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