Bowie Cocina de Humo

La cocina de humo se ha convertido en una especialidad que atrapa a los comensales por sus sabores intensos. El ahumado es un proceso delicado, que en la antigüedad era utilizado para preservar alimentos. Hoy es un placer y un gusto casi nostálgico que lograron aterrizar en Bowie Cocina de Humo. El chef Rodrigo Carrasco diseñó una gama de sabores intensos y serios, pero sin dejar de ser divertidos y coloridos, todo un menú con platillos y bebidas cuya estrella es el sabor del humo.

El sitio te envuelve desde que llegas: se trata de una terraza con vista a la Calzada de Santa Catarina. Gracias al techo, el espacio del restaurante se siente cerrado, pero muy iluminado y ventilado (algo muy bueno en la época de lluvias o de frío). Las mesas son de madera, las sillas metálicas, cómodas e informales. El ambiente te transporta al norte del continente americano y los platillos de la carta son justo así; con pork belly, costillas, pescado, algo de pastas y ensaladas. En general, es un lugar al cual puedes invitar desde tu pareja hasta algún socio de negocios.

La comida definitivamente es algo que te sacará de contexto. Para empezar, probamos un carpaccio de betabel, rebanado a mano y con zanahorias baby rostizadas. Te volverá loco porque el ahumado proviene del aderezo de limón amarillo (¡eureka!) y del crumble de tocino. Finalmente, el queso de cabra fresco resalta todo el conjunto de sabores, casi aplacándolos.

Por curiosidad probamos la semi tártara de cecina; lo salado y ahumado de la cecina pueden ser fuertes, pero las rebanadas de jitomate cherry y chile verde lo nivelan muy bien, una opción ideal cuando buscas algo fresco, pero con cuerpo, para empezar. 

En cuanto a platos fuertes, elegir puede ser muy complicado porque todo lo que lees en la carta te provoca. Pero te la ponemos fácil: una de las especialidades es el pulpo torero. Es una explosión, como si acercaras la cara a la fogata y te llegara de golpe el humo; el pulpo es suave, cocinado a punto, lleva chorizo, chicharrón, aguacate y limón. Una combinación complicada de ingredientes, pero en este caso le dieron al clavo y sorprende desde el primer bocado.

Entre tanto humo, vas a encontrar un platillo descrito como "shortrib estofado con puré de calabaza ahumada"; en resumen: es perfecto. El shortrib se deshace en tu plato por la excelente y cuidada cocción; luego, cuando lo combinas con el puré de calabaza, te va a recordar a tu comida casera favorita, especialmente por las especias. Pero, definitivamente, el mejor platillo de este lugar.

No fue posible probar todo, pero, las costillas al pastor y yo hicimos un pacto y tendré que regresar a probarlas.

Para maridar los sabores fuertes de los platillos, en Bowie decidieron importar una serie de whiskies, cada uno con sabores característicos que tanto el chef como los meseros te ayudarán a encontrar el mejor para ti. Te recomendamos probar el escocés Scallywag, con aromas intensos de la barrica, o algún trago atractivo de la barra tan surtida.

Para que termines apropiadamente el viaje por el ahumado, también te recomendamos probar los postres, con sabores a caramelo suave o quemado, otros cremosos, según lo que busques. Un trabajo muy bien hecho el de la cocina de humo de Bowie que, aunado al excelente servicio y precios razonables, lo vuelven un lugar estrella y aún prometedor de la zona.