Se encuentra frente a la Plaza Popocatépetl, así que en las mesas exteriores tendrás vista verde y urbana hacia una glorieta emblema de la Condesa. Toda la boulangerie tiene espacios abiertos, con colores sobrios y cálidos, por dentro hay un candelabro y se puede ver la cocina trabajando en la parte superior.
El menú es de influencia francesa con panadería, jugos frescos y repostería. Cuando leí los desayunos salivé, sobre todo con el omelette –tierno– de jamón de pavo con queso gruyere que se derrite, acompañado de papas hash brown, posiblemente la mejor opción. También hay chilaquiles y unos huevos revueltos con frijol y queso de cabra, que sería cuestión de probarlos. Puedes armar un paquete “bento box” ya sea americano o b41, para que le metas café, jugo o pan dulce y fruta. Si te vas por el pan dulce como un croissant de almendra o un pain au chocolat, acompáñalo con choffee ginger, un café con chocolate y jengibre, que da calor matutino.
Ya por la tarde se te puede antojar un sándwich de roast beef o una hamburguesa b41, te recomiendo la de queso roquefort, cuyo sabor intenso se amortigua con lo jugoso de la carne. Cualquier día una crepa florentina de pomodoro con bechamel me haría sonreír.