El paraíso del gourmet y la perdición del gourmand. Bottega Culinaria tiene todo lo que necesitas para surtir tu alacena y no volver a comer en un restaurante por el resto de tu vida. Bueno, no es para tanto, pero olvídate de sufrir porque no encuentras en la ciudad esa delicia que alguna vez probaste y que deseas tener en tu canasta básica.
Bottega Culinaria tiene dos modalidades, que a la vez se vuelven una sola:
La primera, puedes recorrer los pasillos y encontrar las pastas integrales o de sémola, importadas desde Italia, o las de quinoa; quesos con denominación de origen, como un roquefort; el salami italiano; aceites de oliva extra virgen, marinados en chiles o especias, aceite de aguacate; aceitunas kalamata a granel, de Grecia; ajos o pepinillos encurtidos; una baguette artesanal recién horneada, un pan campesino enharinado y polvoso, unas torrejas o un pan de centeno; vinos premium, mezcales artesanales; latería y conservas como mermeladas (¿qué tal una de té?); estas y muchas cosas más que pagas en la caja y te llevas a tu casa.
La segunda es acercarte al refrigerador y tomar una paella, un panino, una ensalada de quinoa, una pasta de coditos con prosciutto, un tabbouleh (ensalada libanesa), una lasaña, unos cuernitos, una ensalada de papa y así continúa la lista interminable de alimentos preparados, que fríos o calientes, los llevas a las mesas de la terraza y los comes con tu copa de vino. Esta modalidad es una de las favoritas de los vecinos de la Condesa, porque es un lugar cómodo, con vista a Sonora y es completamente pet friendly.
Aquí encontrarás la comida rápida del gourmand, todo lo que preparan en esta tienda es de altísima calidad, lo vale en cada uno de sus precios.
Un tip: cuando estés en la caja, no olvides llevar el extra que te pusieron a toda disposición, es decir, un pretzel de parmesano, de albahaca o de chocolate amargo. Por cierto, aquí tienen una de las mejores cronuts (croissant+dona), anda, vuélvete loco.
Te debemos prevenir, y sugerir, que no entres con hambre. Si lo haces, debes estar seguro de tener la templanza de un caballero medieval, o bien, la tarjeta de crédito recién pagada.
Esta es una de las mejores tiendas gourmet de la ciudad, si no te consideras de buen diente, aquí conocerás esos productos de los que tanto hablan y aprenderás del estilo de vida gourmet. Llega sin miedo.