¡Se acabaron las excusas! Sólo para dejarle espacio a un pretexto más para entrarle duro al consumo de café. Es Biela Cafeína, por fin un concepto que combina el café con el deporte.
El local es pequeño, con dos mesas y una barra; y en la parte de atrás, sin embargo, hay un espacio para pedalear y ejercitarse. El propietario se asoció con un centro ciclista llamado Cycling Olympica Endurance y juntos han hecho mancuerna para que los clientes disfruten de un buen café antes del entrenamiento.
La idea se basa en que la cafeína ayuda a la contracción de los músculos, mejorando el rendimiento de cualquier interesado, profesional o amateur.
Por un lado, Cycling Oympica ofrece clases formativas en ciclismo, pero al mismo tiempo te inspiran a hacer deporte y bajar esos kilos de más. Lo especial (para otros un inconveniente) de este lugar es que tú llevas tu propia bicicleta, la cual es empotrada en un riel que marca la dificultad de la ruta según el nivel de cada persona. En la pared se proyectan distintos escenarios, como paisajes y competencias, para que experimentes mientas mejoras tu rendimiento, velocidad y fuerza. Así, cuando vayas a una ruta verdadera, sabrás cómo controlar tu cuerpo y tu bici.
Por otro lado, Biela Cafeína prepara sus bebidas con café orgánico de Chiapas o con tizanas naturales de distintos sabores. El menú no es amplio, pero tampoco tampoco te deja con ganas. El capuchino, por ejemplo, lleva la cantidad correcta de leche y el amargor justo del café en una combinación cremosa cuya única falla fue la falta de espuma.
En la parte de comida hay dos posibilidades: pan integral o yogur natural. El pan es creado por el tercer socio comercial, Costra. El croissant iba relleno de mermelada de almendras, dulce (sin empalagar) y con un ligero sabor terroso que acompañó perfecto a mi capuchino. El yogur lo tendré que probar después; su combinación de avena molida, miel de abeja, yogur natural y frutos rojos es una tentación muy baja en calorías.