Una barra con especialidad en café y té que lejos de jugar a las grandes pretensiones de la avenida donde se sitúa– Masaryk–, es relajada para quienes no se quieren complicar más allá de un espresso, y lo suficientemente pro para tener hojas de té deluxe. Baxter Room abrió sus puertas para formar parte de las casas de té en la Ciudad de México y deleitar a entusiastas de estas bebidas con más de 20 sabores de té y dos tipos de café.
La paleta de colores dorado, beige y verde quemado descansa elegante alrededor del interior, evoca pacificidad para tomarse las bebidas con calma, un margen interesante entre los cafés para amantes del diseño en la CDMX. Todo está al alcance de los sentidos: observa, pregunta, olfatea y degusta cuantos tipos de té sean posibles, recorrí con amable atención desde un tropical oleaje del tulum beach club hasta un cacaotoso swiss kiss.
El té de la geisha es un consentido a base de té verde y blanco con arándanos, cereza y rosas; impacto floral que posee cuerpo terso si lo pides con leche. Triplicamos su sabor al agregar uno de los elíxires: son tres diferentes reducciones con miel de agave y solo 23 calorías por cucharada.
Pregunté por el opuesto de la geisha y le atinaron con un unicorn elixir: mezcla de pasas, frambuesa, mora azul y chispas de unicornios de dulce. Arrebata en acidez y dulzura, pero pedirlo frappe hizo que se sintiera seco rápidamente; hay que apostarlo por la versión caliente.
Infalible pedir el panqué de plátano con cacao: tonos amargos y oscuros que abrazan la cremosidad del plátano sin siquiera dejar migajas, es idealmente esponjoso. Conjuntarlo con el matcha frappé con elixir de cherry geisha es un aire fresco al paladar, la camellia sinensis atraviesa el proceso Cha No Yu (ceremonia del té) con sus respectivos utensilios.
Hay un manejo cuidadoso y detallado dentro de Baxter Room, un pequeño baile entre bebidas aterciopeladas a cargo de las manos mágicas de Miriam Aldana (12º lugar del World Latte Art Championship 2016 y tercer lugar nacional de Brew Bar México 2018). Los pequeños placeres de las bebidas con y sin cafeína se tomaron en serio y con gusto.