La cultura del ostión está llegando a la CDMX y no se detendrá hasta barrer con el miedo de muchas personas a enfermarse por comer moluscos. En este patio relajado y soleado en la Santa María se especializan en ostiones y almejas que llegan súper fresquitas de Bendito Mar, su proyecto de granjas de acuacultura en comunidades de Baja California Sur.
Este local no es una marisquería; aunque de repente encuentres por ahí un pescado o un camarón, aquí los reyes son los bivalvos (ostiones y almejas), y si hay algo mejor que probar un producto así de fresco es saber que viene de fuentes sustentables.
Ahora, ¿cuál es la mejor manera de comer un ostión? el chef Alex nos sugiere que antes que nada hay que probarlo con dos gotas de salsa tabasco o la de la casa (la verás en un gotero) y unas gotitas de limón amarillo. Yo sugiero que lo acompañas con un clamato de la casa para este calor primaveral. (Ojo, lleva ropa apta para mosquitos ya que oscurece).
Luego, ya puedes pasar a creaciones más elaboradas como su almeja coqueta, con ceviche de pescado y aceite de chiles. Pero lo mejor es reservar los jueves de atelier, en los que el chef arma un menú especial ($900) con los bivalvos en platos creativos según los ingredientes disponibles, el cual se sirve únicamente a las 6 y a las 8 pm. A mí me tocó, además de comenzar con una tanda de ostiones frescos (con todo y clase para aprender a abrirlos), una almeja chocolata con esquites, una torta ahogada rellena de almejas y carnitas, y una crema de ostión en una hogaza de pan rústico.
Tip: Lleva tu botella o vino porque el descorche es barato ($40) y en fin de semana solo te cuesta 10 pesitos.
Te recomendamos: Palapa Cantina Caribeña