Si un extranjero te preguntara cuál consideras que es el platillo representativo del streetfood mexa seguro responderías, sin dudar, que el emperador indiscutible es el taco. Y así como nosotros tenemos al taco, otras culturas tienen a su ícono de la cocina callejera. Para los israelíes, el rey del streetfood son las pitas, y eso fuimos a probar a Bar Pita, el nuevo local de cocina israelí en la condesa.
Bar Pita deja sentir su personalidad callejera desde su apariencia: es un local pequeño, en una de esas calles de la Condesa que todavía se sienten habitacionales. Tiene afuera unas mesas hechas con tablones y huacales y sillas plegables de plástico. El local consta de una barra y, tras ella, una diminuta cocina desde donde Isaac Sar-Shalom prepara las más tradicionales recetas israelíes (con el toque mexa, por supuesto), y Avidan Lebenthal se encarga de atender a los clientes.
Lo primero que pensé cuando llegué a Bar Pita fue: “qué poco conozco de la cocina israelí”; claro que, seguramente igual que tú, había probado las pitas y algunos otros platillos del Medio Oriente que también participan de la cultura alimentaria de Israel como el falafel o el shawarma. Pero estos últimos dos no figuran en el menú de Bar Pita. Porque, ahora entiendo, hay muchas cosas más que probar.
Empezamos el viaje a Israel pidiendo varios sides: unos ejotes salteados en aceite de oliva y sazonados con sal de mar, ralladura de limón y zatar. Se escucha sencillo, pero el sabor era sorprendente. La acidez era deliciosa y, según me explicó Avidan, parte de la delicia de este plato es patrocinada por el zatar, que traen directito de Israel y que, honestamente, sí tiene un sabor mucho más intenso que el que yo había probado antes.
Seguimos con una coliflor con tjina, que es una crema de ajonjolí que bañaba a esta coliflor perfectamente cocida pero que se dejaba sentir crujiente por las almendras fileteadas que la acompañaban.
De plato fuerte pedimos la pita arais, un pan pita relleno de kafta, que es una albóndiga de carne de res sazonada con especias. Esta pita va acompañada de ensalada dudu: jitomate fileteado, cilantro, chile serrano, cebolla morada y ajo. Si le das una mordida a la pita con un poquito de ensalada encima y alguna de las salsitas picantes que ponen sobre la mesa estarás probando, fácilmente, uno de los platillos más reconfortantes y monchosos de la zona.
También le entramos a la pita schnitzel. Quizá estarás pensando: “¿pero cómo? ¿qué no el schnitzel es alemán?” Y sí, pero resulta que esta milanesa gigante, junto con muchas otras recetas más, fue una de las aportaciones que los judíos de la diáspora le hicieron a la cultura culinaria de Israel. Y gracias a eso hoy tenemos esta tremenda pita, rellena de un generoso trozo de schnitzel empanizado con panko y acompañado de un hummus delicioso y precioso, porque como es de garbanzo con betabel, adquiere un tono rosa que lo hace ver guapísimo.
Bar Pita es bueno para muchas cosas: para probar -¡al fin!- una opción distinta en la zona que ya frecuentas; para conocer la cultura alimentaria de otras latitudes y, sobre todo, y qué alegría, para sentarte a pie de banqueta a comer algo rico, que bien podría estar en una de las mesas de manteles largos de la zona, pero que gracias al cariñito que Isaac y Avidan le tienen al streetfood isaraelí podemos disfrutar en un local en la calle.
Además, en Bar Pita hacen las recetas tradicionales, bien hechas, y todo está hecho en casa. Pero eso no los limita a incorporar elementos de la cocina mexicana, como en la pita vegana, que va rellena de flor de calabaza. A fin de cuentas, ¿qué sería de la cocina israelí (y de todas las cocinas del mundo) sin la aportación que le hicieron otras culturas? Nada, les digo.
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