Este pequeño restaurante te transporta a las cocinas de España con una sustanciosa fabada con morcilla, pulpo a la gallega y hasta callos a la madrileña.
Lo que nos llevó a conocerlos es su paella valenciana, pues es de sabor y receta de tradición. Lleva camarones y almejas, también carne frita de cerdo, pollo y pimientos rojos escalfados y ejotes. El secreto es el azafrán y las especias que le ponen al caldo, lo que la hace de color amarillo y le da el aroma característico al arroz, además el precio del plato es de 95 pesos por 500 gramos, no es el típico precio elevado de los restaurantes de la zona. También probamos su tortilla española con tiernas papas y de huevo aún suave en el centro, tan tradicional como su salsa alioli, emulsionada con ajo y aceite de oliva.
A pesar de ser un lugar pequeño y económico (y uno de los lugares para comer paella en la CDMX), el sabor de la cocina es muy cuidado y de ingredientes frescos.