Cuando las cocinas árabe y mexicana se unen pueden surgir cosas tan preciosas como el taco al pastor. Alfil es un nuevo restaurante que lleva esta unión a todo su menú.
Los caminantes se detienen a mirar intrigados por las paredes desgastadas de la fachada, pues a este nuevo restaurante le falta letrero o señalización que indique qué es, cómo se come. Y es a propósito, ya que a esta propuesta no la vas a entender hasta que entres a probar algo.
¿Qué piensas de un jocoque con salsa verde, para untar en pan pita recién hecho en casa? Ese es solo uno de los diferentes untables con los que iniciar la visita, también hay, por ejemplo, un dip de pepita de calabaza con un toque de habanero, o un hummus con salsa macha. Ninguno es demasiado picante y si quieres probarlos todos, una buena idea sería ir en grupo y pedir al centro el Mezze Alfil, que trae un poco de todo.
Ya te vas haciendo una idea de la onda de este lugar. Platos árabes con una vuelta mexicana, especialmente cercana a la península de Yucatán. Solo aquí encontrarás un falafel de garbanzo y hoja santa, o un kebab de arrachera que se marina en recado blanco y naranja agria. Mi plato favorito fue el tartar de res con trigo, alioli de ajo y sumac, un condimento muy utilizado en la cocina árabe presente en el zaatar. Además de fresco, es adorable a la vista (Ojo, las porciones no son vastas, así que prepara la cartera si quieres probar varias cosas). Acompáñalo con una limonada con agua de rosas o, ya en materia, pregunta por el coctel de la casa que lleva Arak Fakra, un anís libanés.
No te levantes del asiento sin el cierre dulce: un cafecito turco bien potente hecho en arena caliente y un plato de dulces de almendra, dedos de novia o galletas árabes. Esos sí que no requieren twist pues los originales ya son perfectos.
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