Es un restaurante griego con las delicias y la tibieza de este país. La fortaleza en su menú es el cordero en múltiples presentaciones y con acompañamientos que, si amas los sabores y la frescura del Mediterráneo, probablemente encuentres en Alexis Gyros un aliado perfecto para satisfacer tus antojos voraces.
Son los mismos dueños quienes te atienden así que el servicio se siente más cálido. El local es muy cómodo con asientos acojinados en las orillas, los colores blanco y azul, tan helénicos, te rodean para llevarte durante tu visita a una torneada experiencia gastronómica.
En griego, “gyro” significa giro ya que la carne de cordero se asa de manera cilíndrica –como un trompo al pastor– y se va rebanando conforme se cocina. Se sirve envuelto en pan pita con ensalada y aderezo; prepárate, pues si eres de hambre caprichosa lo que sigue te va a interesar.
Probé el gyro de cordero, el tradicional. El pan pita lo hacen ahí mismo y queda suave en textura y ligero en sabor, lo tuestan poco para que esté flexible y envuelva el relleno. La carne de cordero es de Nueva Zelanda, queda en jugosas rebanadas con aromas a comino y orégano, también lleva lechuga, jitomate, queso feta y lo aderezan con tzatziki, una salsa griega de yogur fresco natural, pepino y especias. Le doy un diez a este gyro por la perfecta combinación de sabores, el cuidado en la cocción de la carne y la frescura de los ingredientes seleccionados. También lo puedes pedir gratinado con queso gouda, todos los hacen al momento y te alborotan el ritmo cardíaco.
De las ensaladas probé el tabule con trigo bulgur, jitomate y pepino, con un ligero sabor a vinagre de vino, una fresca combinación para la intensidad del sabor del cordero. También se pintó sola la ensalada horiatiki, con enormes cubos de queso feta fresco y de sabor vigoroso, pepino, pimientos verdes, cebolla morada, menta y jitomates cherry enteros; se adereza ligeramente con aceite de oliva y vinagre de vino tinto, lo que hace que resalten los sabores únicos de cada ingrediente. Tiene un tamaño ideal para compartir.
De los acompañamientos probé las papas a la griega, son papas fritas recién hechas con queso feta desmoronado y especias, como tomillo. Las acompañé con una orden extra de tzatziki tradicional, le ponen algunas rebanadas de aceitunas negras; la combinación de la fritura, la textura crujiente y la acidez del tzatziki me convencieron de ser la pareja perfecta para un bocado de gyro, sin mencionar que el queso feta aporta suavidad y engancha todos los sabores. También tienen kibbeh –croquetas de cordero o papa con trigo y especias–, o brochetas de cordero y pollo. Si te encanta el tzatziki pide un sampler, con el tradicional, el de habanero y el de albahaca con menta; lo sirven con triángulos de pita para que vueles tu paladar un rato.
De los platillos fuertes también destacan los souvlakis; unas brochetas de cordero, pollo, cerdo o vegetales, marinadas en aceite de oliva, vinagre y especias mediterráneas. O bien, un tazón de arroz basmati con fideos y lentejas para ponerle alguna carne o vegetales, como hongos portobello. Si eres vegano o vegetariano no debes preocuparte pues también tienes estas opciones exquisitas.
De beber aprovecha su deliciosa agua natural de limón eureka –limón amarillo– con menta, que además de refrescar la boca combina perfecto con todos los sabores especiados del menú, o una helada cerveza que tampoco falla.
Para un chapuzón dulce al oriente de Europa y para cerrar la experiencia con aplausos, prueba los dedos de novia con mantequilla o un baklava con nueces y un té marroquí.
Después de un viaje fragante al Mediterráneo griego guiado por Alexis Gyros, te puedo asegurar que una vez que pruebas uno de sus platillos pondrás este restaurante en tu top de favoritos. Hay pocos gyros como estos en la ciudad.