Es rebeldona, amarilla y comfortable, no pasa desapercibida pero tampoco es evidente que se trata de una cafetería. Todo es parte de la magia de Aauurraa, un lugar tan potente como su café y que suena enérgico al decir su nombre.
En la esquina de Versalles, en la Juárez, a Aauurraa lo crearon José Juan Castellanos y Diego Guerrero (quien trabajó en Boot Café, en París) con el propósito de formar algo auténtico y de mucha experimentación.
Los granos de café vienen de la región mixteca oaxaqueña, tostados y traídos por Caracol Púrpura. El cold brew es fresco y casero, sienta bien cuando hace calor y lo puedes tomar sin prisa mientras le echas ojo a los zines que tienen en la mesa comunal (larga, angosta y hipsterosa). El latte frío, para refrescarte, se siente cremoso, acompáñalo con la crocante concha de pinole de la tienda de abarrotes Expendio Durango, de la Roma.
Tiene un estilacho musical y urbano se extiende entre bocinas y mezcladores, en el póster de Led Zeppelin y en una serie fotográfica de edificios fantasma que marcan “la entrada del barrio”. Aauurraa es la desfachatez más atractiva de esta colonia, con una puntual taza de café .